A un mes de la regulación, establecida en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6397 del 21 de agosto de 2018, solo se consigue salsa de tomate en los estantes de establecimientos del grupo de 25 alimentos regulados. Las opciones para nutrirse se restringen cada vez más, pues solo se pueden adquirir rubros esenciales en efectivo en tarantines informales. “Uno tiene que ser mago para sobrevivir”, “sin efectivo no hay comida” y “la situación es terrible, el hambre es un hecho”, son las frases en las calles de estos días, publica Correo del Caroní.

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Hace un mes, el Ejecutivo nacional publicó la actualización de los precios regulados de 25 alimentos que supuestamente acordó con diversos sectores económicos. Cuatro semanas después, los estantes de los supermercados lucen solitarios. Del grupo de alimentos con control de precios, solo se consigue salsa de tomate en el sector formal. El resto se consigue en mercados informales, en transacciones únicamente en efectivo, a precios cercanos a los establecidos por el gobierno.

Comerciantes consultados coinciden en que luego de la nueva regulación los proveedores dejaron de enviar mercancía. “Si llega acá la Sundde y me pregunta que por qué no hay carne, ¿qué le voy a decir? Yo no puedo obligar al proveedor a que la traiga”, dijo el encargado de un supermercado en Puerto Ordaz, que prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias.

En el establecimiento, las neveras de la carnicería están totalmente apagadas. No hay carniceros detrás del mostrador. A un lado, en la charcutería hay contadas marcas de embutidos y una sola presentación de salchichas. “Ni Plumrose, ni Oscar Mayer, ni Hermo han despachado, no han venido más esas marcas”, agregó.

En un estante refrigerado se consiguen solo dos proteínas: cerdo y chorizos. “Esto es lo único que queda”, planteó.

La carne fue regulada en Gaceta Oficial en 90 bolívares soberanos, pero para la fecha del nuevo control el producto ya superaba los 10 millones de bolívares (Bs.S 100) en las carnicerías. A partir del establecimiento del supuesto monto acordado, la proteína desapareció. “Hoy compramos un kilo de carne en Bs. 35 millones (Bs.S 350) en San Félix, no todo el mundo puede pagar esos montos”, aseveró José Jaimes, un soldador de 52 años.

“Uno tiene que ser mago para sobrevivir”, dijo, al relatar que su estrategia ha sido comprar dinero en efectivo a una tasa de 380% para luego adquirir alimentos en el mercado informal a montos más accesibles, producto de un mecanismo asociado a la compraventa de oro que subsidia los alimentos para obtener el papel moneda. Los precios ficticios de los alimentos del mercado informal han sido una ruta, que aunque asociada a la anarquía del oro, ha significado una tregua para amas de casa.

Viviana Granadillo, una joven madre que observa los precios de las galletas en el supermercado, no ha podido conseguir efectivo y, en cambio, ha tenido que sustituir la carne por pescado. “Luego de la regulación todo está igual o más caro. De los productos acordados no se consigue nada, solo detergente; pero la carne, pollo y los huevos desaparecieron”, apuntó.

El encargado del supermercado indicó que, desde la regulación, no cuentan con más mercancía que la que tenían en los estantes y el depósito. “Lo que tenemos es existencia vieja, no ha llegado nada, excepto salsa de tomate, pero incluso la sal de mesa que tenemos es vieja”, expresó.

“Lo que han hecho es esconder los productos, son unos ladrones. Tienen que meterles a la Sundde”, interrumpió Zulay López, miembro de la Unidad de Batalla Bolívar-Chávez de la Escuela Yocoima, quien escuchaba la explicación del trabajador.

El presidente Nicolás Maduro reconoció, en la noche de este jueves, que existe una perturbación en cuanto a los precios de los 25 rubros regulados y amenazó con aplicar el Plan B si no se cumple con el Programa de Recuperación Económica, “porque he brindado todas las condiciones para el bienestar de todos los sectores productivos”.

“Mañana (viernes) habrá una reunión con integrantes de redes de abastos y supermercados (…) he aprobado recursos en moneda nacional y convertible por encima de 400 millones de dólares, he cancelado los sueldos. Ahora les toca cumplir”, afirmó. Hasta la fecha, precisó, 34 empresarios han sido procesados por incumplimientos de precios.

“Sin efectivo no hay comida”

En el Supermercado Santo Tomé de Los Olivos, buena parte de los estantes están vacíos. No hay huevos ni carne, la oferta de embutidos es reducida, mientras que productos como arroz, azúcar, leche, harina, margarina, mayonesa, entre otros no se consiguen. Correo del Caroní intentó hablar con el gerente del establecimiento, pero no fue posible.

“Yo entiendo que los supermercados no tienen la culpa de que los estantes estén vacíos. Es la economía del país que es inestable, un desastre, ¿quién puede producir de esta manera? Nadie y eso se ve reflejado acá, por eso es un exabrupto detener gerentes que a final de cuentas son trabajadores como yo”, destacó Sandra Fuentes, una ama de casa de 52 años.

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VÍA LA PATILLA.

 

 

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