El Distrito capital de Colombia adelanta un ambicioso plan de ayuda para los 150 venezolanos que llegan a diario a la ciudad. ¿Hay recursos e infraestructura para tanta gente? publica Semana.
Bogotá es una de las ciudades con mayor migración de venezolanos. Llegan a la capital para quedarse o de manera temporal mientras siguen su ruta a Ecuador, Perú o el suroccidente del país. El último registro oficial arroja que 118.000 venezolanos han llegado desde 2016 a Bogotá, donde el 36 por ciento está en condiciones irregulares. No obstante la Alcaldía reconoce que hay un subregistro pues muchas personas entran sin sello en el pasaporte, sin papeles o por la trocha. Según la Alcaldía esta forma de ingresar al país ha incrementado de manera considerable de julio a septiembre.
Una de las situaciones que hizo que la Alcaldía le pusiera el ojo al asunto fue encontrar a 18 mujeres venezolanas que estaban siendo explotadas sexualmente en el barrio Santa Fé. Al estar sin papeles Migración Colombia las devolvió a la frontera con Cúcuta. Esto hizo repensar al Distrito la forma en que se trataban a los migrantes venezolanos que en ese momento (2016) apenas comenzaban a llegar a la capital.
La batuta la tomó la Secretaría de Integración Social a cargo de Cristina Vélez. Ella, junto a su equipo, empezó a trabajar con las demás secretarías para que desde cada sector se hiciera algo que supliera las necesidades básicas de los migrantes.
Ahora hay 1.113 niños venezolanos en jardines y 3.808 en colegios públicos. El Distrito solo les pide estar vacunados (si no lo están la Secretaría de Salud los vacuna) y la dirección del domicilio, el cual puede ser formal o informal. “Es simplemente para saber el estrato donde vive el niño” asegura la secretaria de Integración Social, Cristina Vélez. En las localidades de Kennedy, Bosa y Suba es donde más niños venezolanos hay matriculados en instituciones públicas.
La Secretaría de Salud a agosto había atendido casi 70.000 venezolanos. 1.200 partos, 8.000 consultas, 1.900 hospitalizaciones, 47.513 procedimientos, 8.200 urgencia y 26.682 vacunaciones.
Por su parte la Secretaría de la mujer ha atendido 443 mujeres. 186 por medio de jornadas de sensibilización en derecho a trabajadoras sexuales, esto para que sepan cómo pueden acceder a servicios de salud, derechos sexuales y reproductivos. 31 han sido atendidas en temas de salud. 39 han tenido atención y orientación psicosocial. 9 han recibido consultorías sociojurídica. 78 han participado en las casas de igualdades de oportunidades. Y 63 han hecho uso de la ‘línea púrpura’, una línea telefónica para prevenir el feminicidio, el daño emocional y las afectaciones en salud de las mujeres.
Tras haber cubierto las necesidades básicas de una gran parte de venezolanos que llegan a la ciudad, Peñalosa radicó el pasado 12 de septiembre una circular donde se blinda de cualquier problema jurídico que pueda llegar a tener por ayudarlos sin regulación migratoria. Bajo un marco legal de carácter internacional menciona los convenios de protección de derechos humanos y atención al migrante en los que Colombia está suscrito, justificando de esa manera la ayuda que se les ha brindado.
En esta circular también se anuncian los nuevos proyectos que entrarán en funcionamiento desde el primero de octubre y que liderará María Angélica Trujillo, la nueva gerente para asuntos migratorios específicamente relacionados con venezolanos. Es colombo-venezolana y ha estado involucrada -de manera personal- con ayudas humanitarias relacionadas con la migración venezolana. “Esto ha sido un reto a nivel personal y esta es la oportunidad de hacerlo macro.” asegura Trujillo.
Esta abogada cucuteña estará encargada principalmente de tres grandes proyectos. Un centro de atención al migrante, un albergue para los venezolanos más vulnerables y un supercade en la terminal de transporte de la ciudad. Todos empezaran a funcionar en el mes de octubre.
Centro de atención al migrante
Será una casa comunitaria para personas venezolanas donde se les brindará atención legal sobre cómo tramitar su situación migratoria, atención psicosocial y ayuda para buscar ofertas laborales. Este último punto se hará con la Secretaría de Desarrollo Económico la cual ya ha adelantado una ruta de empleabilidad para venezolanos.
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También quieren que sea un espacio de encuentro comunitario donde les den clases de baile, yoga y diferentes cursos. En este momento están terminando el proceso de selección del personal que trabajará ahí (psicólogos, abogados, preparadores físicos, entre otros). La meta del Alcalde es tener cuatro de estos centros para marzo del próximo año. El primero estará en Teusaquillo y se inaugurará en octubre.
Albergue
Va a ser un alojamiento transitorio de 50 cupos diarios para que los venezolanos tengan alimento, dónde dormir, elementos de aseo y apoyo psicosocial por tres días. La idea es darle apoyo a 1.500 personas al mes. También se les hará un acompañamiento sobre qué hacer cuando salgan del albergue. En los próximos días se definirá si la infraestructura la pone el Distrito o cuenta con el apoyo de la Cruz Roja.
Supercade
Aunque ya estaba funcionando un lugar de atención exclusiva para venezolanos en la terminal, ahora se van a destinar dos locales oficiales para ello. La idea es brindarles atención humanitaria transitoria y orientarlos según su lugar de destino. Se va a dar información que va desde el clima de la ciudad, hasta costumbres, direcciones, recomendaciones de seguridad, necesidades en la ciudad etc. También se planea tener un puesto de vacunación en el lugar.
La gran pregunta es hasta dónde le aguantará las infraestructura y el bolsillo a la capital.La secretaria de Integración Social explica que Bogotá lleva recibiendo personas externas por décadas y está preparada para esto. En el caso de los cupos en jardines y colegios asegura que la infraestructura y reglas de juego que están usando son las mismas que han utilizado para atender personas desplazadas por la violencia. “Hasta el momento las instituciones han aguantado” afirma.
Cristina Vélez también asegura que el presupuesto tampoco ha sido un problema “Bogotá tiene recursos propios y financia la mayoría de estos programas. En el caso de la educación no dependemos del PAE del gobierno nacional por lo tanto podemos decidir a quien atender”. Es importante resaltar que solo la inversión en jardines es de 7.000 millones de pesos anuales por niño venezolano.
Este plan tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2019. Es decir que Peñalosa tiene poco más de un año para demostrar que su apuesta es exitosa y obligar a la siguiente Alcaldía a continuar con los proyectos.
VÍA LA PATILLA.