«La corrupción en Venezuela amenaza la seguridad de la región», afirmó este lunes un alto funcionario estadounidense en la ONU, antes de una reunión del Consejo de Seguridad que discutirá a puertas abiertas el tema a pedido de Washington.

«Esta tarde profundizaremos en una de las crisis humanitarias más horroríficas que han surgido en Latinoamérica», dijo a periodistas Marshall Billingslea, secretario adjunto de financiación terrorista en el Tesoro estadounidense, uno de los oradores de la reunión del Consejo.

«Es el caso de Venezuela, donde la corrupción claramente plantea una amenaza directa a la paz regional y la estabilidad», añadió.

Otra de las oradoras esta tarde ante el Consejo será Mercedes de Freitas, directora ejecutiva de la ONG Transparencia Venezuela.

Unos 2,3 millones de venezolanos han huido del país desde que entró en crisis en 2014, según la ONU, en medio de una severa escasez de alimentos y medicinas.

«Cuando vemos que los poderosos se tornan cada vez más ricos a expensas de los indefensos y vemos que hay frustración, sabemos que esto lleva a las protestas, y las protestas a conflictos, y los conflictos llevan al Consejo de Seguridad y luego todos tenemos que lidiar con esto», dijo por su lado la embajadora estadounidense ante la ONU, Nicki Haley.

La tensión entre Washington y Caracas subió este fin de semana, luego de que el New York Times informó que diplomáticos estadounidenses se reunieron varias veces en secreto con militares venezolanos que planificaban un golpe contra el presidente Nicolás Maduro.

Las reuniones han incluido a un excomandante militar venezolano que figura en la lista de sanciones del gobierno estadounidense, según el diario.

Pero Estados Unidos no ha otorgado ningún apoyo material a los disidentes pese a sus pedidos, y los planes de un golpe se fueron a pique tras el reciente arresto de decenas de militares rebeldes, aseguró el NYT.

Haley no quiso comentar este lunes estas informaciones, y se limitó a indicar que Maduro «habla de cualquier cosa para distraer de lo que está ocurriendo» en Venezuela.

El gobierno venezolano convocó a una marcha este martes contra «el imperialismo», y vinculó las reuniones secretas entre militares disidentes y diplomáticos estadounidenses con el fallido atentado con dron contra Maduro el pasado 4 de agosto en un desfile militar.

Hace años que las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela son tensas.

Los países no han intercambiado embajadores desde 2010 y el gobierno de Donald Trump asegura que Maduro es un dictador. Desde 2017, Washington ha impuesto sanciones financieras contra Maduro, su vicepresidente y altos funcionarios de su gobierno y de la estatal petrolera PDVSA.

En agosto del año pasado, el presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos tenía «una opción militar» en Venezuela, una declaración que fue condenada por aliados estadounidenses en Latinoamérica.

El Consejo de Seguridad ya analizó la crisis venezolana en mayo de 2017, también a pedido de Estados Unidos, pero la cita fue a puertas cerradas. Haley advirtió entonces que Venezuela puede seguir el camino de Siria.

VÍA PANORAMA.

 

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