El nuevo aumento del sueldo mínimo compromete el futuro de las empresas del país. Las medidas económicas anunciadas por el presidente Nicolás Maduro tienen vacíos importantes y complican el pago de los pasivos laborales. Así lo aseguró el abogado León Arismendi en entrevista a Efecto Cocuyo.

“Ninguna pequeña empresa está en capacidad de financiar el salario mínimo y mucho menos los pasivos laborales“, advirtió el director del Instituto de Altos Estudios Sindicales. A su juicio, el ajuste del sueldo a 1.800 bolívares soberanos es un salto que no podrá ser sostenido en los pasivos. “Son cifras incalculables“, dijo.

El presidente Nicolás Maduro anunció el pasado 17 de agosto un nuevo aumento del salario mínimo. Fue el quinto del año y pasó de 5.196.000 bolívares fuertes a Bs. F. 180.000.000.

“Si una persona ganaba tres millones y tenía diez años de antigüedad, sus prestaciones estaban rondando los 40 millones de bolívares (fuertes). Ahora, si esa misma persona el salario le varía a 180 millones con 10 años de antigüedad, es una cifra incalculable que solo puede soportar el fisco. Las implicaciones de eso en términos de los pasivos laborales son unas cosas que no tienen sentido”, explicó Arismendi.

Empresas “en rojo” con los pasivos laborales

Si ya resulta complicado para las pequeñas y medianas empresas pagar el nuevo sueldo mínimo a sus trabajadores, para el abogado los pasivos laborales coloca “en rojo” las finanzas de todos. “Las pone en situación de déficit sin tener con qué hacerle frente a otra situación”, detalló el experto en derecho laboral.

“Hay empresas que tendrán un pasivo que no pueden cancelar, superior a su capacidad. Diríamos que esa empresa quedó literalmente quebrada, con más pasivos que activos. Con una deuda mayor que sus ingresos“.

En esa situación a las empresas también se les cierra la posibilidad de conseguir financiamiento. Y aunque el jefe de Estado anunció que daría subsidios al sector privado, aún se desconoce cuáles empresas lo recibirán, el monto y cuál será el mecanismo a usar.

Sin embargo, tras más de 72 horas de los anuncios gubernamentales, la incertidumbre reina en el país. Los supermercados estuvieron vacíos, los puntos de venta trabajando a media máquinay muchas personas hicieron colas en los bancos en espera de los nuevos billetes del bolívar soberano.

“Se supone que el patrono es responsable frente a sus trabajadores, pero hay una causa sobrevenida que impide resolver la situación. El sindicato dirá que el patrono debe hacer frente, y el patrono dirá que solo puede cumplir con las funciones que había asumido”, concluyó Arismendi.

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