El presidente editor de El Nacional destacó que el jefe del Estado no tiene razón para señalar que Colombia haya participado.

Invitado a la toma de posesión de Iván Duque, presidente de Colombia, Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional, habló con El Tiempo sobre el supuesto ataque con drones contra Nicolás Maduro.

—Respecto a Venezuela, ¿qué cambio se puede dar entre los gobiernos de Santos y Duque?

—Coherencia. Santos dio muchos cambios desde una época a otra. Fue muy débil con el régimen de Maduro y no tenía la suficiente contundencia en relación con lo significa ese gobierno y sus acciones. El problema con Venezuela no es un tema de solidaridad; el régimen es un narcoestado, pues se alimenta de la droga que viene de Colombia. Uno de los compromisos de Duque fue combatir la producción de cocaína. Es una línea de dureza frente a la guerrilla. Es un cambio muy importante en relación con Venezuela.

—¿Qué tienen que ver Colombia y el ex presidente Santos con el supuesto ataque con drones contra Maduro?

—Esa es una cultura. Culpar a los enemigos externos o a uno imaginario de todo lo que pasa. Él (Maduro) no tiene ninguna razón para señalar que el gobierno de Colombia haya participado en esta acción. Una cosa es que los que participaron en ese ataque hayan estado en Colombia, y otra muy distinta es que el gobierno de Santos haya participado, financiado o entrenado a los supuestos autores. Lo más seguro es que son resistencias venezolanas en el exilio que tratan de dar un golpe como este.

—¿Qué significan la orden de captura contra Julio Borges y la detención del diputado Juan Requesens?

—Maduro utilizará esto para intensificar la represión. Al diputado Requesens se lo llevan preso, lo golpean y después le quitan la inmunidad. Con Borges, es un líder democrático que vive en Colombia. La cantidad de líderes de la oposición que viven en el exilio con procedimientos legales y penales abiertos es gigantesca. La mayoría de la Asamblea Nacional está en el exilio. El Tribunal Supremo está en el exilio. Es una dictadura férrea que no permite la disidencia y los criminaliza de acuerdo con sus intereses.

—¿Hay alguna otra manera de explicar la crisis en Venezuela?

—En el último año sucedieron cuatro elementos de deterioro muy importantes: con la creación de la constituyente se generó la ruptura del orden constitucional y, en segundo lugar, a Venezuela la veían anteriormente como un país con problemas en temas de derechos humanos, pero de un tiempo para acá Venezuela es una narcodictadura. Es un problema que afecta a toda la región. Tercero: la diáspora. Hasta hace un tiempo era la clase media la que se iba. En la actualidad han salido de Venezuela cuatro millones de personas. Eso, para los países de la región, es un problema grave, lo es ya para Colombia. Por último, la hiperinflación. El mal manejo de la economía llevó al país a que exista este fenómeno que acaba con los gobiernos y pulveriza los bienes y servicios de todos.

—¿Qué significa el ‘mea culpa’ de Maduro en el tema económico?

—Internamente (dentro del PSVU) se le empieza a reclamar la mala gestión económica que terminó en la crisis. Dentro de la diáspora hay demasiados simpatizantes del gobierno. Hay descontento en los cuadros medios del chavismo, porque no tiene como mantenerles su nivel de vida. Para la mayoría, Maduro traicionó el legado de Chávez.

—Varios creen que Maduro tiene los días contados, ¿opina lo mismo?

—El gobierno de Maduro nunca va a renunciar. Un golpe militar no va a ocurrir. Una invasión de otros países, ni pensarlo; eso solo se ve en las películas. Una explosión social, ya vimos que no funcionó; el nivel de represión es altísimo. Una división del chavismo que saque a Maduro, tampoco. Lo que sí podría ocurrir es una mezcla de todo. Una cosa que conlleve a la otra.

VÍA EL NACIONAL.

 

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