Cientos de emigrantes que llegaron al vecino país colaboran haciendo comidas para aquellos que llegan huyendo de la situación política y económica.

La casa de paso Divina Pastora, ubicada en Cúcuta, no solo funciona como un lugar para calmar el hambre de muchos estómagos, si no para que muchos den de comer a los hambrientos y formen parte del denominado «festín de la solidaridad», reseñó La Opinión de Cúcuta.

Hernando Villamizar, un ciudadano venezolano que reside en el vecino país, participa como voluntario en el lugar y entrega platos con las distintas comidas que se preparan en la casa hogar.

“Ellos le conocen el acento a uno, y se dan cuenta de que no solo los colombianos les tienden la mano, sino que algunos venezolanos pasamos la frontera, calándonos la colita del puente, pero con mucho gusto y rezando el santo rosario, para que ellos tengan algo de comida, gracias a la iglesia católica colombiana”, dijo.

Entre acomodar sillas, limpiar mesones y barrer el lugar, VIllamizar indicó que ganan mucho más de lo que dan voluntariamente con cada comida que preparan. “Venimos a dar y resulta que lo que hacemos es recibir, a través de esos hermanos que nos bendicen”, explicó.

VÍA EL NACIONAL.

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