Las cifras de inflación dadas a conocer esta semana por la Asamblea Nacional, que colocan a mayo con la variación de precios mensual más alta de la historia de Venezuela (110,1%), es una prueba de que las condiciones de vida de los venezolanos seguirán deteriorándose, advierte León Arismendi, director general del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin), para llamar al gobierno a abrirse a la ayuda humanitaria.
La hiperinflación avanza como la peste propagando el hambre y el presidente Nicolás Maduro, en lugar de poner en práctica las medidas para detener su avance, evade su responsabilidad con la excusa de la supuesta económica.
La reelección de Maduro en la presidencia por seis años más no hará otra cosa que acelerar el ritmo de la inflación y la ruina nacional, avizora Arismendi.
Las enormes dificultades que padecen los trabajadores y sus familias por la destrucción del poder adquisitivo del salario y del empleo formal, son hechos sin precedentes en la historia democrática.
El 20 de mayo, durante los comicios presidenciales, los venezolanos manifestaron su hastío y desacuerdo con las políticas del gobierno de Maduro que ha sometido al país a condiciones de pobreza, evidenciándose además con la reaparición de enfermedades ya erradicadas en el país.
“Muchos trabajadores del sector público no cedieron a la presión y al chantaje oficial y se quedaron en sus casas el 20 de mayo, en una demostración de rechazo a la gestión de Nicolás Maduro y el fraude releccionista”, apuntó Arismendi.
La carencia de recursos y la escasez de medicinas ha complicado aún más la situación de los venezolanos, por lo que el director general de Inaesin exhorta a las autoridades a abrir las posibilidades más allá del acuerdo alcanzado con la Organización Panamericana de Salud, para aceptar ayuda en alimentos y medicinas para quienes más los necesiten.
El movimiento sindical tiene ahora la responsabilidad de promover la unidad y movilización de los trabajadores, sin distingos partidistas, en defensa de sus derechos e intereses.
“Tenemos que tomar la iniciativa y convocar a que los trabajadores se movilicen en defensa de sus derechos e intereses. La Unidad de Acción Sindical y Gremial y los sindicatos de base deben convocar a asambleas generales de trabajadores para acordar y ejecutar acciones que obliguen al gobierno a implementar políticas contra la hiperinflación, así como aceptar más ayuda humanitaria”, destacó Arismendi.
VÍA LA PATILLA.