Venezuela es uno de los protagonistas de la Cumbre de las Américas incluso antes de su inicio por la polémica que desató el retiro de la invitación al presidente, Nicolás Maduro, a este encuentro, el empeño del gobernante en asistir y el claro rechazo en buena parte de la región al jefe de Estado caribeño.

Toda esta escena es aderezada, además, por la dimisión de Pedro Pablo Kuczynski a la Presidencia de Perú, quien durante su gestión criticó duramente a Maduro e impulsó al llamado Grupo de Lima que le apoyó al retirar la invitación al venezolano después de que se anunciaran elecciones presidenciales adelantadas en el país petrolero.

A mediados de febrero Perú retiró la invitación a Maduro y se acogió a lo dicho por los catorce países de la región que conforman el Grupo de Lima y otras naciones, incluyendo Estados Unidos, que vetaron la presencia del gobernante echando mano de la Declaración de Quebec del 2001.

En este documento se señala que “cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático en un Estado del hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación del Gobierno de dicho Estado en el proceso de Cumbres de las Américas”.

A solo diez días para la cumbre, la nueva gestión del presidente Martín Vizcarra anunció que mantendrá la posición de no invitar a Maduro al evento por “el impedimento insalvable” que constituye la decisión del gobierno venezolano “de imposibilitar elecciones libres y justas, que cuenten con legitimidad y credibilidad” en su país.

Dos días después de que se ratificara a Maduro que no es bienvenido al encuentro regional, el gobernante venezolano dijo que este evento no es su prioridad, que “las cumbres de las américas son una pérdida de tiempo terrible” y que será “un fracaso”.

Esta es la primera vez que Maduro manifiesta desdén hacia la cumbre pues un día antes de que Vizcarra asumiera la Presidencia de Perú, el venezolano insistió en que asistirá al encuentro al tiempo que pidió a su canciller, Jorge Arreaza, “coordinar” quién le recibirá, en vista de que Kuczynski ya no estaría.

Las elecciones presidenciales de Venezuela, pautadas para el próximo 20 de mayo se mantienen en pié y se realizarán sin la participación del grueso de la oposición que se niega a asistir a unas votaciones que considera se realizarán de forma fraudulenta.

La oposición venezolana exige, para participar en las elecciones, un cambio de rectores del Consejo Nacional Electoral – pues considera que los actuales son aliados del Gobierno- y que se permita la participación de los líderes antichavistas que han sido inhabilitados por organismos del Estado, entre otras condiciones.

Maduro dijo hace unos días que quería llevar a la cumbre “las verdades” de la llamada revolución bolivariana y que contaba con el apoyo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) que conforman Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y otros países del Caribe.

Durante la XV Cumbre del ALBA que se celebró el 5 de marzo pasado en Caracas los países miembros manifestaron su rechazo a la exclusión de Maduro aunque ninguno ha amenazado con no acudir al encuentro en protesta por esa decisión.

“Exigimos respeto a la legalidad de la organización de la Cumbre de las Américas. En ese sentido demandamos el derecho de participación de Venezuela en la referida actividad y nos proponemos ejercer medidas diplomáticas y políticas para garantizarla”, dice el acuerdo final de la Cumbre del ALBA.

Entretanto, la crisis económica, política y social de Venezuela se agudiza, la hiperinflación sigue haciendo estragos en los bolsillos de los ciudadanos, la escasez de medicinas se incrementa y los alimentos básicos siguen siendo inaccesibles para la mayoría de los venezolanos.

A esta situación se suman, además, las fallas constantes en los servicios básicos y la alta criminalidad que crece al mismo ritmo que la crisis económica, un escenario que ha generado un éxodo masivo de sus ciudadanos a países de la región, incluyendo a Perú, el país anfitrión.

En vísperas del evento, un grupo de venezolanos en Perú se ha organizado para protestar contra Maduro aunque el gobernante no esté presente.

Asimismo, la oposición venezolana reunida en la alianza Soy Venezuela, que lideran los dirigentes María Corina Machado y el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, ha anunciado que participará en la Cumbre de las Américas para plantear una “ruta para la dimisión de Maduro”.

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