Venezuela tiene cuatro años consecutivos en recesión, representando la crisis macroeconómica más aguda que haya vivido América Latina en los últimos 40 años, advierte el economista José Manuel Puente durante el foro Perspectivas 2018 que realizó el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) para entender las implicaciones del colapso económico, político y social del país durante este año, donde habrá elecciones presidenciales. Así lo reseña diariolasamericas.com

Por VERÓNICA EGUI BRITO

El economista detalla en su exposición que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita por habitante en Venezuela es hoy similar al que tenía en 1955, lo que se traduce en un retroceso en términos de bienes y servicios de 60 años.

“En el periodo 2014-2017 Venezuela ha perdido 35 puntos del PIB, cifra muy superior a lo que vivió Bolivia entre 1982-1985 donde perdió solo 10%, lo que vio Nicaragua entre 1984-1988 pero inclusive este periodo recesivo es peor que el que vivió Argentina durante la más reciente crisis del corralito donde perdió 18 puntos del PIB,“, sentencia Puente.

En materia energética Ramón Key, experto en planificación estratégica, mercados de energía, simulación fiscal y macroeconomía advierte que en el escenario más optimista para Venezuela en el 2018 proyectando que el precio del barril del petróleo se mantenga como en el primer trimestre del año ($62 en promedio) el país vería una reducción de los ingresos por exportaciones de dos mil millones dólares, mientras que en el peor de los casos ($ 50 por barril) la reducción sería de más de 10 mil millones de dólares debido a la caída en la producción de petróleo. Durante el 2017 la exportación superaba los 2.245.000 barriles diarios, en la actualidad oscila entre 1.700.000 y 1.500.000 de barriles diarios.

El modelo centralizador que ha imperado en el país durante el chavismo ha afectado la productividad de todos los sectores y aumentado la dependencia del ingreso petrolero, por lo que explica Key que el sector petrolero de Venezuela se ha visto afectado operacionalmente por problemas de impago con los proveedores. A su juicio debe realizarse una reestructuración interna de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y una reforma en la forma en la que se relaciona la empresa estatal con el sector público del país.

Para recuperar la capacidad productiva de Pdvsa es necesario un consenso entre la concentración de actividades medulares de la empresa y la participación del sector privado. Sin embargo, la coalición del gobierno es cada vez más pequeña mientras que los problemas del país son más grandes, lo que hace inestable un equilibrio de poder, advierte Michael Penfold, doctor en Ciencias Políticas, al tiempo que señala que la dimensión del problema es tan grande que requiere de una coalición mayor a la existente para resolver los problemas del país.

En ese sentido, el experto en Ciencias Políticas explica que el colapso económico del país y el control de cambio han afectando la competitividad de Pdvsa, mientras que las sanciones ha limitado el acceso que tiene la petrolera a los mercados financieros internacionales, por lo que solo le queda sus aliados: China que solo ha estado dispuesto a financiar la moratoria de la deuda pendiente, y Rusia que no está poniendo dinero fresco sobre la mesa, sino que cambia la deuda existente por control de activos. La República y Pdvsa han cedido el 100% del control operativo, dándole garantías a Rosneft para poder exportar.

Las presidenciales aumentarán la ingobernabilidad

En dos meses se celebrarán elecciones presidenciales en Venezuela pero lejos está ese proceso de ayudar a cambiar la estructura de poder en el país, y mejorar las condiciones económicas. El evento electoral fue convocado por la Asamblea Nacional Constituyente, poder plenipotenciario que carece de legitimidad de la comunidad internacional por como fue convocado en 2017.

Esta situación genera un clima de ilegitimidad en torno al proceso electoral y el resultado que se obtenga. “El 20 de mayo carecerá de legitimidad, el Estatus Quo de Nicolás Maduro no sería reconocido por un número considerable de países, lo que limitará su capacidad de gobernabilidad. Además se fortalecerás las sanciones internacionales en contra de funcionarios del gobierno y otras medidas que afectarían al Estado como restricciones las actividades comerciales petroleras, lo que podría generar fracturas dentro de la coalición de gobierno y poner en aprietos a la ciudadanía“, estima Mariano De Alba, abogado especialista en Derecho Internacional.

Aunque De Alba considera clave el apoyo internacional advierte que se han sobredimensionado las expectativas de lo que la comunidad internacional puede lograr en Venezuela aunque estima que durante este año la migración forzosa de venezolanos huyendo de la emergencia humanitaria compleja que vive el país se convertirá en el principal tema de preocupación en la región, que ameritará que los países con mayor flujo migratorio, sobre todo los fronterizos (Colombia, y Brasil) van a requerir ayuda internacional.

“En Venezuela se hace muy difícil que la comunidad internacional pueda ayudar de manera integral si el Estado no reconoce la crisis. Hay una posibilidad mínima de hacer llegar una intervención humanitaria al país, no existe disposición de adelantar una operación unilateral“ enfatiza.

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Vía LaPatilla.com

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