Unas 14 organizaciones de transporte desaparecieron en el estado Mérida por la falta de mantenimiento y el elevado costo de los repuestos, denunció este viernes Giovanni Nieto, representante del sindicato del sector en la región.

Líneas interurbanas, sub-urbanas, urbanas y de las rutas troncales que prestaban servicio desde la ciudad de Mérida hasta las zonas rurales o municipios alejados de la capital, se encuentran entre las afectadas, apuntó el vocero en declaraciones a Caraota Digital.

Entre las asociaciones fuera de servicio mencionó la línea Domingo Salazar (FCU), Expresos Libertador, La Joya, mientras que otras como la línea Belén labora con dos unidades; la línea Lagunillas que presta servicio desde el municipio Libertador al Sucre y viceversa, solo cuenta con 5 unidades, comunidad desde la cal se desplaza gran cantidad de personas hacia el casco central. “El transporte va a desaparecer”, sentenció.

Nieto refirió que en enero comenzaron a cumplir el compromiso con el 30% de la flota de todas las organizaciones que hacen vida en la entidad; sin embargo, con el paso de los días las unidades sufrieron deterioro y en febrero solo operan con el 15%  de las unidades. “Cuando se daña el motor y demás piezas mecánicas los dueños no cuentan con el dinero para remediar y se paralizan, cada día son más la unidades que salen de circulación que las reparadas”, agregó.

El trabajador del volante agregó que los programas nacionales de proveedurías desaparecieron o no se cumplieron en Mérida, además calificó de “engaño” tales operativos del Gobierno nacional, lo que los impulsó a no asistir a las reuniones convocadas. “La situación del transporte en el estado Mérida no escapa del escenario nacional, con el agravante que en el Eje Metropolitano es la único lugar del país donde se respetan los programas de exoneración; pasaje estudiantil, tercera edad y discapacitados”, reiteró.

Detalló que el litro de  aceite de motor oscila entre los 1.500.000 y 2.000.000 bolívares, siendo un producto regulado entre 35 y 40 mil bolívares, pero lamentó que nunca llegan a manos de los transportistas. “Debemos comprarlos ‘bachaqueados’ porque corremos el riesgo que se dañe el motor, nunca hemos comprado un litro de aceite en la proveeduría”, finalizó.

En Mérida es evidente el desespero de las personas al intentar abordar las unidades de transporte. En ocasiones van colgadas de las puertas exponiendo sus vidas por la falla del servicio y el temor a quedarse en las calles oscuras a altas horas de la noche, quedando expuestos a ser atracados; también para prevenir llegar tarde al trabajo y ser despedidos, según el testimonio de algunos encuestados.

 

Vía Caraota Digital,net

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