Las condiciones en que son atendidos los recién nacidos en el hospital Domingo Luciani cada día evidencian más la crisis de salud que existe en el país. Falta de fórmulas, pañales, incubadoras, agua e insumos son algunas de las razones a las que se ven sometidas las criaturas.
Pese a las constantes amenazas al personal que labora en el centro asistencial, quienes pidieron proteger su identidad revelaron a Caraota Digital el escenario que viven actualmente en el área de retén. “El área de retén de cuidados continuos fue mudada a una habitación de no más de 4×4. Allí se atienden este martes 13 recién nacidos en condiciones de hacinamiento, sin agua porque el lavamanos está dañado. Es una habitación prestada por el servicio de ginecobstetricia”, aseveró una de las fuentes consultadas.
En el servicio donde se encontraban anteriormente la filtración permanece desde hace un año, las paredes presentan hongos por la humedad y la respuesta que han recibido es que no existe presupuesto para su reparación. “Los recién nacidos están hacia el ala donde hay un botadero de basura que no recogen desde semanas, con moscas que contaminan a los niños”, agregó.
Otra de las trabajadoras indicó que desde el año pasado se presentaban dificultades técnicas en el área, sin embargo, la cantidad de neonatos que llega al centro de salud ha obligado a que sean todos atendidos en el mismo servicio, sin diferenciar los que tienen patologías graves o los que nacen completamente sanos.
En el lugar hay entrada de insectos, no hay manera de regular la entrada de luz y ventilación para evitar el crecimiento bacteriano. “Solo hay dos incubadoras que además están ocupadas, una al lado de la otra, expuestas a estas condiciones. Solo hay un baño y para cumplir con el saneamiento de los recién nacidos hay que trasladarlos por todo el hospital hasta el área de cuidados intermedios o allí mismo se realiza buscando agua como sea”, sostuvo la fuente.
Por si fuera poco, las madres pagan las consecuencias de este panorama. Las visitas son limitadas porque no se cuenta con el espacio suficiente; para quienes viven lejos, mantenerse en el centro se convirtió en una tarea cuesta arriba. Una de las madres vive en Maracay, y a diario tiene que viajar para entregar los insumos de su pequeño, sorteando desde la falta de transporte hasta los altos costos.