El desafío de la oposición venezolana será la abstención si decide participar en las elecciones presidenciales de este año. Nicolás Maduro, quien asumió la candidatura oficialista, sería su menor obstáculo para ganar, debido a un bajo nivel de aprobación de 20%.

“No me gustaría ir a votar por la oposición y que los resultados reflejaran que voté por el gobierno”, indicó al repecto Manuel Melo a la agencia Reuters.

Melo es un diseñador gráfico de 21 años que perdió un riñón el año pasado, cuando protestaba contra Maduro y fue golpeado por un cañón de agua de los cuerpos de seguridad del gobierno.

“Para que haya fraude, yo prefiero no votar”, agregó.

La misma postura con respecto a la participación la tiene una de líderes de la oposición, María Corina Machado. Que, a pesar de ser reconocida, su influencia ha disminuido.

“La respuesta es una sola, y es: No”, señala la dirigente, quien considera que ir a los comicios implicaría legitimar al régimen.

En estas circunstancias, miembros de la Mesa de la Unidad Democrática han mostrado su disposición a postularse, como son los casos de Henri Falcón, ex gobernador de Lara, y Henry Ramos Allup, ex presidente de la Asamblea Nacional.

“Puedes tener mayoría, sí, pero si (la oposición) no va a poder mover gente en un ambiente electoral, eso no genera ningún beneficio”, opina el analista político Luis Vicente León en una entrevista telefónica con la agencia Reuters.

El resto de los liderazgos opositores se encuentran inhabilitados para ejercer cargos públicos, como es el caso del ex candidato presidencial Henrique Capriles; o presos,  como el ex alcalde de Chacao, Leopoldo López.

Vía Venezuelaaldia.com

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