Los asaltos de la multitud el domingo comenzaron en Las Malvinas y luego se replicaron en la UD-145 y la UD-146, entre las 8:00 y las 11:30 de la noche. La GNB y la PEB patrullaron y evitaron que saquearan más locales, mientras que el Cicpc, en sus pesquisas de este lunes, detuvo a cinco personas, aún sin identificar. Otro capítulo de la crisis humanitaria orquestada por el régimen en sus intentos de dominación autoritaria, publica Correo del Caroní.

Por @OrianaFaoro

La tensión reina de nuevo en San Félix pero nadie se atreve a hablar de los saqueos. La noche del domingo 7 de enero la zozobra se apoderó de tres sectores de la parroquia Dalla Costa, cuando una turba de personas comenzó a saquear varios negocios en Las Malvinas, La Llovizna (UD-145) y Simón Rodríguez (UD-146), desde las 8:00 de la noche.

Dos abastos fueron asaltados y arrasados totalmente en Las Malvinas, una panadería fue saqueada en la 46, y otro abasto fue robado en la UD-145 anoche. Intentaron saquear otro local, ubicado en este último sector, pero los dueños defendieron el negocio de la turba de vecinos a punta de botellazos.

La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) llegó a los sitios e impidió que atacaran más establecimientos. Según testigos, los militares y la Policía del estado Bolívar (PEB) llegaron unos 30 minutos después que iniciara la oleada de asaltos, que comenzó en Las Malvinas y terminó en la UD-146. Después de las 10:00 de la noche, los funcionarios patrullaban y dispersaban con bombas lacrimógenas a los más de 300 ciudadanos que corrían por las calles gritando el pueblo tiene hambre.

De acuerdo con funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), luego de las pesquisas y allanamientos realizados, fueron detenidos cinco hombres -aún sin identificar- y recuperaron parte de la mercancía saqueada. No ofrecieron más detalles.

Mientras se consumaron saqueos a panaderías y charcuterías barrio adentro, la GNB protegió con cordones de seguridad el Supermercado Santa María y la Panadería Virgen de Fátima, en la redoma El Dorado, durante toda la madrugada. Estos negocios abrieron este lunes, pero en ambos rehusaron dar declaraciones a la prensa. Permanecen a la expectativa.

En Las Malvinas

En cada zona afectada los residentes observaban desde la acera de enfrente. La presencia de los reporteros les intimidaba y ningún ciudadano consultado accedió a dar su nombre.

“Abro hasta las 10:00 de la noche pero alguien me avisó: cierra que te van a saquear, y a las 8:00 cerré todo. Como 10 minutos después empezaron a abrir la santamaría del local a la fuerza”, contó Carlos Eduardo Flores, dueño del Abasto y Panadería Las Malvinas, ubicado en la avenida principal del sector homónimo de San Félix.

Aquí comenzaron la oleada de asaltos. Más abajo y minutos después, la turba de más de 300 personas atacó el abasto Inversiones Mirofro, también en Las Malvinas.

En el abasto de Flores no había víveres de primera necesidad. Contó que el pan se le acabó a las 5:00 de la tarde y tampoco tenía harina en el inventario. No le quedaba ni queso ni mortadela, solo jamón. “Esto fue porque la gente está con hambre y creían que aquí había pan”, consideró.

Las lágrimas no resistieron y brotaron de sus ojos. Calcula que las pérdidas ascienden a más de 300 millones de bolívares. No tenía mucha comida: se llevaron jamón de pierna, azúcar, enlatados, chucherías, chocolates, galletas, bebidas y un bulto de detergente en polvo.

Rompieron la santamaría y la reja del local, robaron tres pesos electrónicos, una rebanadora, el punto de venta del local, la computadora con impresora, el motor de un frízer y la contadora de billetes. La comisión del Cicpc que visitó el local denominó el hecho como vandalismo y hampa común.

Vecinos que estaban frente al Abasto Las Malvinas la mañana de este lunes lamentaban lo sucedido. Veían en Flores como un comerciante que ayuda a la comunidad y no se merecía esto. Igual le tocará reconstruir casi 30 años de trabajo que se les arrebataron la noche del domingo en pocos minutos.

En Inversiones Mirofro también arrasaron con todo. Víveres, hortalizas, charcutería, quincallería; más tres congeladores, una nevera, una rebanadora, un peso digital, una computadora y un televisor, precisó la propietaria, Mileida Río, mientras veía cómo un trabajador recogía los vidrios de las estanterías rotas.

Las lágrimas también minaron sus ojos y el llanto le ahogó las palabras, pero finalmente cortó el silencio al decir vamos a ver qué se puede hacer, esperando que el Cicpc dé escarmiento a la banda de personas que decidió robar a sus propios vecinos.

En la UD-145

Después de los saqueos la gente persistía en las calles de Las Malvinas acechando otros negocios de alimentos. La GNB y la PEB llegaron hacia las 9:00 de la noche y controlaron nuevos intentos. Las patrullas correteaban a las personas que insistían que el pueblo tiene hambre, amparadas en la oscuridad de la falta de alumbrado público.

En ese momento un grupo de personas comenzó a asaltar una panadería y charcutería de la UD-145. Su propietaria, Oriana Rausseo, junto a su esposo, lanzó botellas desde la acera de enfrente para intentar frenar a la gente que violentaba la santamaría de su local, que funciona desde 2015.

“Les hicimos frente como por media hora hasta que llegó la Policía y así fue toda la noche. Hoy (lunes) amaneció tranquilo pero no sabemos qué va a pasar. Por eso no abrimos”. Reparar la santamaría le sale en más de 20 millones.

También en la UD-145, pero en la calle Rubén Darío, el negocio Seven Centro de Compras fue saqueado casi en su totalidad. Durante la ausencia de funcionarios policiales lograron tumbar el portón y violentar la puerta de seguridad del comercio que tiene apenas ocho meses funcionando como abasto, panadería y charcutería.

Su dueño, César López, reveló que le llevaron máquinas amasadoras, picadoras, la computadora de la oficina administrativa, más aceite, harina y charcutería variada hasta que llegó la GNB e impidió que arrasaran totalmente con el local. “Esperamos que el gobierno dé respuesta y garantice a los comerciantes la seguridad que nos merecemos. De nada sirve trabajar para que luego nos saqueen”, concluyó.

Una panadería en la UD-146

Luego de que la situación fuera controlada en Las Malvinas y la UD-145, un grupo de personas comenzó a atacar en el sector contiguo, la UD-146. La Panadería D y S, frente a la bomba de la avenida Libertador, fue saqueada a las 11:30 de la noche. L

La conflictividad social continúa en el estado Bolívar, en donde el año 2017 cerró con innumerables protestas por falta de comida del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) y altos precios de los alimentos en la red privada. Entre las comunidades que protestaron estuvieron Las Malvinas y la 46.

La canasta alimentaria se ubicó en 7.190.158,98 bolívares en noviembre del año pasado y el salario mínimo integral solo alcanza el 11,09% de este monto, con el aumento del 31 de diciembre, que lo ubicó en 797.519,4 bolívares.

Vía LaPatilla.com

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