Como una “hiperinflación disfrazada” calificaron los sectores y expertos de la economía nacional el nuevo incremento salarial del 40% que hizo el presidente de la República, Nicolás Maduro,  al despedir el año 2017.

El Mandatario anunció,  al mediodía del 31 de diciembre,   el incremento de 40% del salario mínimo (quedando en Bs. 248.510), así como  del bono de alimentación que pasó en su base de cálculo de 30UT (Bs.279.000,00)  a 61UT (Bs. 549.000); además de que el cobro del cesta ticket se hará nuevamente a través de la desechada modalidad del talonario físico.

Este nuevo ajuste representó el sexto y último aumento del ingreso mínimo legal de los trabajadores durante el 2017 y entró en vigencia ayer 1 de enero de 2018. Los pensionados también recibirán,  por  decreto del Ejecutivo,  en 40%  en Bs. 248.510 a quienes también les fue incrementado en 40% el bono de la “guerra económica” que actualmente se ubicaba en Bs 53.252 subió a 99.404, 20 bolívares.

“Son buenas noticias para arrancar el 2018 en la protección del trabajo, la estabilidad y los ingresos de todos los trabajadores del país”, afirmó el Jefe de Estado en la salutación de Fin de Año que dirigió al país.

Con el marcador de Bs. 797.510,  arranca, en el 2018,   el ingreso integral para los  trabajadores venezolanos no calificados. Entre los siete  aumentos salariales decretados que arrancaron  en Bs. 104. 358 se dio un incremento del  664 %.

Ricardo Menéndez, vicepresidente del Consejo de Ministros de Planificación, explicó a través de Twitter que este “nuevo ingreso mínimo legal se incrementa en 75%, el incremento 42 de la revolución y 20 de @NicolasMaduro. Mientras que el bono de guerra económica de los pensionados sube a 40%” por lo que percibirán Bs. 347.914 como ingreso los 3,4 millones de beneficiados.

La decisión fue acogida con pesimismo en amplios sectores debido al comportamiento que en el pasado han tenido este tipo de ajustes respecto a la inflación y el desabastecimiento.

María Carolina Uzcátegui, presidenta de Consecomercio, criticó el anuncio del Presidente y aseguró que el aumento no corresponde a la realidad del país.

Uzcátegui explicó que este reajuste no guarda consecuencia con la estructura de costos de las empresas por lo que, “se diluye en la estructura de costos de cualquier empresa, los verdaderos costos es la hiperinflación galopante”, sentenció.

Aseguró que “un aumento de sueldo implica más inflación, más problemas, más desabastecimiento, más complicaciones de ejercer funciones a los comerciantes regularmente”.

Por su parte, el director Capital Market Finance y profesor de Economía y Finanzas, Jesús Casique, tildó la acción como un “reconocimiento a la hiperinflación” que hoy atraviesa el país, además de reconocer la pérdida del poder adquisitivo.

A su vez, el analista e instructor en Finanzas y director de Econométrica C.A, Henkel García,  agregó que con la inflación interanual  por el orden de 3000 %, la caída del poder de compra del ingreso mínimo podría estar cercano al 80 % (enero-2018 versus enero-2017).

Jesús “Chúo” Torrealba, exsecretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aseveró: “El regalo de Año Nuevo de Maduro es más carestía, más escasez y más desempleo, es decir, más hiperinflación disfrazada de ‘aumento salarial”.

La diferencia entre el salario y el bono de alimentación es otro fenómeno que parece atentar contra un beneficio real  y superlativo de los trabajadores, pues es el salario y no el cesta ticket el que influye en otros beneficios de ley.

En el último trimestre de 2015, el ingreso base de los trabajadores estaba compuesto en 75% por el salario mínimo y 25% por el bono de alimentación,  pero la proporción sucesiva de incrementos ha variado radicalmente estos beneficios, a la par de que se han ido acelerando los decretos de aumento por parte del Gobierno.

La desproporción entre ingreso versus productos ha llegado a niveles alarmantes. El precio de la Canasta Alimentaria Familiar, según lo informó el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas) en noviembre de 2017, se había ubicado en poco más de siete millones de bolívares, lo que representa la necesidad de más de 39 salarios para satisfacer rubros básicos.

Vía Panorama.com

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