La crisis y la represión de Maduro provocan que se disuelva y el director Gustavo Dudamel prefiere no regresar a Venezuela por temor a represalias.

Por Turkey Telegraph | Traducción libre del inglés por lapatilla.com

La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar se está desmoronando. La situación en Venezuela ha obligado al exilio a casi 40 de sus 120 miembros. Una tercera parte Y no serán solo unos, aseguran que serán más. La crisis ha empeorado después de las protestas callejeras de esta primavera contra el régimen de Nicolás Maduro. La decisión de la mayoría tiene que ver con la situación en todo el país. Muchos han aceptado ofertas o formaciones en el exterior o intentan abrirse un espacio en diferentes países. Del sistema nacional de orquestas, del que depende la Simón Bolívar, se aseguran que otros músicos ocupen desde ya esas posiciones.

De hecho, dice Esteban Araujo, uno de los creadores de sistema hace más de 40 años al lado de José Antonio Abreu, su fundador, la salida no deseada de músicos “ha resuelto, de la mano, una determinada situación de embudo. ” En una organización que aloja a 900.000 estudiantes en todo el país, movimientos como esos son fáciles de reemplazar. Muchos quieren entrar en la verdadera joya del sistema y ahora han encontrado espacio.

Dentro de la organización, sin embargo, se reconoce la gravedad del problema. Algunos de los que se han ido establecen un paralelo directo con la situación que atraviesa el país. La escasez es una. Los salarios actuales de los músicos, al cambio libre, no alcanzan los 10 dólares. Eso los obliga a buscar salidas. El prestigio de la orquesta y de los músicos en el sistema mundial lo hacen más simple. Hoy es común encontrar en muchas formaciones internacionales destacadas varios músicos venezolanos.

La economía y el sustento son razones de peso. El hecho de que la figura central junto con Abreu,  no pueda regresar al país da una pista. Gustavo Dudamel no ha pisado a Venezuela desde las protestas y enfoca su vida y trabajo en Los Ángeles, donde dirige la Filarmónica de la Ciudad.

La escasez es otra causa de partida de los miembros. Los salarios actuales de los músicos, al cambio libre, no llegar a 10 dólares mensuales.

El músico actuó en enero en España con la Filarmónica de Viena y no quiso ofrecer declaraciones en esa ocasión. Pero dejó que su voz se sintiera cuando la situación se volvió muy crítica en las calles. El pasado abril, días después de que Armando Cañizales, un violinista del Sistema, fuera asesinado a tiros con solo 18 años, el director rompió su silencio y escribió un artículo publicado en El País y el New York Times. Dudamel fue directo: atacó la represión de Maduro al tiempo que pedía el diálogo.

El dictador respondió en una de sus arengas televisadas con un tono amenazante. Dudamel no ha regresado desde entonces por temor a represalias. Sus amigos en la orquesta tienen miedo hasta que su pasaporte sea cancelado y encarcelado. Todos están en contacto constante. Se ocupan de cuestiones profesionales a diario y no porque abandonaron el país se dice que han abandonado la orquesta. “Tocamos juntos desde que teníamos 10 años, la Simón Bolívar es nuestra vida. No tenemos intención de irnos”, dijo uno de los músicos que no quiso dar su nombre.

Otro ejemplo de la situación delicada que está atravesando el sistema y de las orquestas que dependen de él ha sido la suspensión de los recorridos planificados. El último hecho por Simón Bolívar con todos sus miembros originales fue dedicado integralmente a las sinfonías de Beethoven. Fue un evento que se llevó a España. En Barcelona ejecutaron el ciclo de las nueve obras completas. Pero ya, la próxima partida planeada, una gira por Asia, fue cancelada. En 2018, las actuaciones de la orquesta programadas en España también han sido suspendidas. Dentro del ciclo de grandes intérpretes de Scherzo, la Simón Bolívar tenía planificada una actuación con Dudamel en Madrid en septiembre. Se mantiene la presencia del director, pero con Mahler Chamber Orchestra y no con la Simón Bolívar.

Los responsables del sistema se aseguran de que no pueda confirmar las fechas con anticipación. Las causas de este corte drástico en las giras son, según algunos músicos, económicas. La disminución de los ingresos petroleros ha disminuido las generosas subvenciones proporcionadas por el Gobierno. Pero nadie duda de que también responden a represalias políticas directas.

En los años de Hugo Chávez, el presidente venezolano pudo usar la buena imagen del sistema como un escaparate a nivel internacional. Fueron premiados en todo el mundo. Dirigieron a músicos de secciones infantiles y figuras jóvenes como Claudio Abbado o Simon Rattle. Los milagros evidentes de su método pedagógico fueron reconocidos por prestigiosas universidades y centros educativos que adoptaron sus bases en Europa, Asia y América. José Antonio Abreu recibió en 2008 el Premio Príncipe de Asturias por su misión y se convirtió en candidato al Premio Nobel de la Paz.

El sistema y su expresión artística al más alto nivel, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, se convirtió en un imán prestigioso y muy válido para promover el modelo Bolivariano venezolano. Maduro no ha podido ver, entender ni mucho menos escuchar los beneficios de ello. Y ahora, sin líderes, intentan que el sistema, como el país, no se desmoronen.

Vía LaPatilla.com

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