Caracas, 30 de noviembre.- Un recorrido que implicaba subidas y bajadas, en medio de una imponente cruz, camisas blancas, logos donde se podían detallar las letras AD, pancartas gigantes y globos se manifestaron este jueves en la popular Cruz de El Morro, situada sobre la parroquia Petare, del municipio Sucre del estado Miranda.

De varias zonas caraqueñas llegaron a esta monumental estructura dirigentes, adeptos y líderes del partido Acción Democrática. Un lugar donde se podía observar la extensa barriada de Petare.En medio de un incandescente sol y con las miradas atentas en el líder del partido, Henry Ramos Allup, quien tenía al lado derecho a su esposa Diana D’Agostino y del lado izquierdo al dirigente Oliver Blanco, se iniciaron los anuncios “por Venezuela”.

Siendo un lugar sagrado y religioso usado para representar la resurrección de Jesús en la época de Semana Santa, los adecos hicieron una promesa sobre ese santificado lugar: lograr la reconstrucción de Venezuela sobre sus cimientos. Ramos Allup con camisa negra y del lado derecho el diseño de la bandera de Venezuela, fue tajante al afirmar los puntos claves de su pronunciamiento: una campaña directa en la calle, sacar a Venezuela del atolladero en el que se encuentra, primarias presidenciales y eliminar la reelección.

En medio del discurso se registró una situación muy emotiva en la que el líder de AD contó la historia de una joven llamada Martina, quien le reveló que se estaba “vendiendo” en Cartagena de Indias, Colombia, para mandarle comida a su familia, ante la grave crisis que atraviesa Venezuela. Una historia que le hizo aguar los ojos y pedir a gritos un cambio para el país.

Los adecos se mantenían alegres y acelerados por comenzar a manifestar en las calles su propuesta, admitieron que se cometieron errores en el pasado, pero que ahora querían plantear nuevas propuestas que terminarán de reflejar las exigencias. El acto en la Cruz de El Morro culminó con un aplauso airoso, que enmarcó una nueva etapa en el partido y una lucha que busca a toda costa rendir frutos.

Via El Cooperante

 

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