Ante la creciente devaluación del Bolívar ante la moneda extranjera, decenas de venezolanos optan por realizar actividades laborales que puedan ser remuneradas desde el exterior en dólares e incluso euros. De esta menera, profesionales del periodismo, diseño gráfico y community managers han logrado obtener cargos freelance en empresas internacionales que brindan mayor estabilidad económica.

Por otra parte, algunas modelos han conseguido una alternativa para conseguir pagos en “moneda buena”, que consiste en enviar fotos y videos con posturas sexys vía redes sociales o Whatsapp.

Génesis, quien narró su experiencia a El Nacional, dijo “jamás lo llames prostitución, es simple pornografía”. El trabajo comúnmente conocido como Sex Working, se trata de trabajos vinculados al ámbito sexual en forma de entretenimiento y es bastante común en lugares como Europa y Estados Unidos. Quien paga por este servicio, dispone de la exclusividad del contenido, la posibilidad de interactuar directamente con la persona y hacer pedidos personalizados.

“Sí, debo mostrar la cara. A veces me da miedo que cuelguen mis fotos y videos en páginas pornográficas, pero ese es el riesgo. De todas maneras, creo que mis clientes son señores muy serios y esa es una de las cosas que hablamos previo al negocio”, comentó Génesis dudosa.
A raíz de este trabajo, la joven de 23 años logró comprarse un pasaje para mudarse a Panamá, donde ahora trabaja como promotora y mesera, aunque confiesa que aún mantiene algunos clientes de su antigua labor para compensar sus ingresos.

“En Venezuela hice desnudos durante unos cuatro meses antes de poder lograr salir. Tampoco me dediqué completamente a esto, pero no mentiré, sigo enviando fotografías a algunos clientes que conservo porque aquí -en Panamá- la cosa no está tan fácil como muchos creen”.

Un promedio de 800 dólares fue el ingreso obtenido por Génesis por dedicarse a esta labor durante los cuatro meses.

MÉTODO
Génesis explica que sus clientes la contactaban a través de mensajes privados a su cuenta en Instagram o Facebook. “Ahí cuadramos todo: tarifas, medios, números de cuenta y formas de pago”. La remuneración era recibida en las cuentas que posee en el Bank of American o Paypal. “En lo que veo que me envían los registros de transferencias, agrego a mis clientes en Whatsapp; ahí les envío el material”.

TARIFAS
“Por 15 dólares enviaba 10 fotos sexys o un video seductor de 5 minutos. Por 25 dólares eran 13 fotos sexys, 2 fotos explícitas y un videíto de 3 minutos. Por 30 dólares te daba 22 fotos sexys, 3 explícitas, sin video. Por 40 dólares daba 10 fotos explícitas, 10 sexys y un video de 3 minutos. Esos eran los paquetes que me solían pedir”, narró.

Agregó que también ofrecía paquetes especiales a sus contactos. “Por mi paquete ‘deluxe’ de 60 dólares enviaba 12 fotos explícitas, 13 fotos sexys y un video de 5 minutos. El ‘gold’ eran 20 fotos sexys, generalmente temáticas, 10 explícitas y un video con acompañante; este costaba 100 dólares. El paquete más caro, el ‘platinum’, era de 20 fotos eróticas, 20 explícitas y un video con acompañante de 10 minutos; tenía un costo de 120 dólares. Éste último jamás lo vendí”.

Sin embargo, Génesis admite que la vida en Panamá “no es fácil”. La joven se debate entre continuar en ese país o regresar a su lugar de origen e iniciar estudios universitarios, costeándolos con sus ingresos en dólares y canjeándolos a la moneda nacional. “Aquí dejé un poco de lado el negocio de los nudes, de todas maneras el dinero no me rinde tanto como en Venezuela. Me siento sola, sin mi familia”, concluyó.

Vía Sumarium

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