A los 13 años el médico le dio la noticia a él y a su familia: la diabetes formaría parte de su día a día, como una fiel compañía.

Han pasado 18 años desde que diagnosticaron a Alexis Camargo con diabetes Tipo 1. A su corta edad la noticia le afectó emocionalmente, pues no conocía el significado de vivir con esta enfermedad, pero encontró el apoyo necesario para aprender a sobrellevarla.

Las personas que conocen a Alexis lo definen como un muchacho risueño y positivo. Pasó por una adolescencia con cambios marcados por su condición y en cada etapa tuvo que adaptar sus hábitos a ella. Aprendió sobre las medicinas que debía tomar y la forma en la que debía alimentarse.

Tras educarse sobre la manera de controlar su situación se interesó en el área de la salud, estudió Enfermería y ahora se dedica a ayudar a personas con su misma condición. Sin embargo, se le hace difícil tratarse en la actualidad.

Cuando tenía 13 años controlarse era algo sencillo, conseguía los medicamentos y podía alimentarse bien, pero desde hace cuatro años la escasez y el elevado costo de los medicamentos se han convertido en elementos preocupantes.

“Es muy difícil conseguir insulina, y cuando pude encontrar el tratamiento para tres meses tuve que pagar 1.300.000 bolívares”, comenta Alexis, quien tiene un salario mínimo común y pagar su tratamiento representa cuatro veces lo que gana al mes.

El joven ha visto como otras personas con diabetes entran en coma por no cumplir con el tratamiento.

“Cada vez que me dicen que hay insulina corro porque no puedo darme el lujo de quedarme sin tratarme”, agrega.

Diabetes: Una amiga implacable

La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente las cantidades que produce de esta. Eso causa que cualquier cambio en los hábitos alimenticios ocasione el aumento o la disminución de los niveles de glicemia (azúcar en la sangre).

Si una persona no sabe que la presenta, y no se controla con medicación, presentará una alteración en su glicemia: sentirá mucha sed, hambre excesiva, constante necesidad de orinar, fatiga y pérdida de peso.

Los pacientes con esta condición deben medicarse adecuadamente, tener una alimentación balanceada y hacer ejercicio con frecuencia. Estos aspectos se convierten en un reto difícil de alcanzar en Venezuela, donde la crisis económica dificulta la adquisición de los alimentos y fármacos necesarios.

Debido a una escasez de medicamentos de al menos 85% -calculada por Fefarven- y la falta de información referente a la diabetes, las personas que padecen esta enfermedad corren el riesgo de engrosar una lista de la que nadie quiere ser parte: En 2013 la diabetes cobró la vida de 11.459 venezolanos, 1.528 más que en el año anterior.

La diabetes se posicionó como la tercera enfermedad que causaba más decesos en el país por detrás de las enfermedades del corazón y el cáncer, de acuerdo con el Anuario de Mortalidad de 2013, el más reciente publicado por el Ministerio de Salud.

Alfonzo Mata, de 52 años, se desempeña como profesor universitario. Fue diagnosticado hace 14 años con diabetes Tipo 2 y, en la actualidad, la crisis lo ha obligado a reinventarse. Tiene una rutina especial de ejercicios y trata de alimentarse de forma balanceada para mantener estable su nivel de glicemia.

“Glucofage, uno de los medicamentos recetados, no se consigue en el mercado venezolano y comprarlo en el exterior cuesta muy caro (…) Existen medicamentos genéricos, pero muchos somos resistentes a ellos, no puedo tomar algo que va en contra de mi naturaleza”, explica el profesor.

Todo es esencial

Si un diabético no mide la glicemia no puede saber exactamente la cantidad de insulina que necesita consumir para equilibrar sus niveles de azúcar en la sangre. Para monitorear su estado, necesita tiras reactivas y un glucómetro, implementos tan necesarios como los medicamentos y también difíciles de hallar en la actualidad.

El procedimiento: La persona se pincha el dedo con un dispositivo especial, recoge la gota de sangre con la tira y la introduce en el glucómetro, que indica el nivel exacto de azúcar en la sangre.

El profesor Mata señala que no se mide la glicemia por dos motivos: la escasez y su criterio de no querer “volverse dependiente del glucómetro”. La segunda razón es contraria a las recomendaciones de los especialistas, quienes piden revisar habitualmente el nivel de azúcar en la sangre.

Alexis Camargo, enfermero, intenta monitorear su glicemia a diario. Sin embargo, la falta de tiras reactivas le ha dificultado llevar un control adecuado. Considera que al hacerlo sin los insumos necesarios “se trata la diabetes a ciegas”.

Consecuencias caóticas

Freddy Contreras, diabetólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), advierte que si un diabético no recibe el tratamiento correspondiente va a tener niveles elevados de glicemia en forma sostenida y esto generará que desarrolle precozmente complicaciones cardiológicas y neurológicas.

“El paciente puede llegar a presentar ceguera, complicaciones en la presión arterial y daños en los riñones. También sentiría restricciones en su movilidad y perdida de la sensibilidad en las extremidades”, detalla el especialista.

El tratamiento que evita estos y otros síntomas, con la insulina como prioridad, llega esporádicamente a las farmacias pero en poca cantidad para la demanda que tiene Venezuela.

“De no solucionarse la situación con el tratamiento para la diabetes se van a seguir incrementando las complicaciones de la enfermedad en el país”, resalta el especialista.

Contreras cuestiona que el Estado no garantice el suministro de las medicinas y los materiales que necesitan los diabéticos. Además, explica que hace falta un plan para enseñar a los pacientes a controlar su condición.

En estas circunstancias, los ciudadanos que presentan esta enfermedad cuentan con organizaciones como la Federación Nacional de Unidades de Diabetes (Fenediabetes) y la Fundación Amigos Contra la Diabetes (FADI), que asesoran a quienes sean diagnosticados con esta afección.

A pesar de la ayuda de estos entes, el camino es cuesta arriba para quienes tienen diabetes. Personas como Alexis o Alfonso mantienen viva la esperanza de que la situación del país mejore, pero exigen al gobierno de Nicolás Maduro que resuelva inmediatamente la problemática, porque, como asegura el joven enfermero, “la diabetes no espera”.

Buena alimentación, reto difícil de cumplir

Médicos recomiendan a los diabéticos comer al menos seis veces al día, pero la escasez y los altos precios de los alimentos dificultan que se cumpla con la cantidad y la calidad de alimentos recetados.

“La comida está muy costosa y no puedo comer la cantidad de veces que necesito”, explica Alexis Camargo, quien tiene diabetes Tipo 1.

El especialista Freddy Contreras señala que la inseguridad también dificulta la vida de los diabéticos.

Relató que él ordena hacer ejercicio y los pacientes le dicen que no pueden por temor a que los roben o les ocurra otra cosa.

Vía ElNacional.com

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