Caracas, 1 de noviembre.- La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no participará como coalición en las elecciones municipales programadas para el próximo mes de diciembre por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Tras conocer los resultados de los comicios regionales celebrados el 15 de octubre y la juramentación ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), de cuatro de los cinco gobernadores electos, los partidos de la bancada opositora que conforman la MUD, dividieron sus opiniones con respecto a la línea política que debían seguir a partir de entonces.
Ahora, con el anuncio del ente comicial, partidos como Voluntad Popular (VP), Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ) y La Causa Radical, se han sumado a los criterios de Alianza Bravo Pueblo, que decidió no participar en las regionales, y ha negado también, la posibilidad de participar en el próximo evento electoral. No obstante, Un Nuevo Tiempo (UNT) y Avanzada Progresista (AP), confirmaron su inscripción para postular candidatos en los venideros comicios municipales.
¿Pérdida de espacios o estrategia?
Pero, ¿qué pierde la MUD al no participar en las municipales?, ¿ganan sus contrincantes oficialistas al tener el ‘terreno libre’? De acuerdo con el politólogo especializado en estrategia, riesgo político, inteligencia de entorno y campañas electorales, Oswaldo Ramírez, la decisión de los partidos que conforman la Unidad, estaría planteada en presionar para lograr que se lleve a cabo un proceso electoral libre, transparente, justo y con observación internacional independiente, por lo que, más que una pérdida para la bancada o una victoria para el oficialismo, es la decisión de no participar en unas elecciones que no aportarán soluciones para resolver la crisis que azota al país.
Vía electoral “cerrada”
“La gente aspira un gran cambio y eso solo lo daría un proceso de elecciones presidenciales “, sostuvo el también consultor senior en De Vengoechea & Associates, quien acotó que, solo bajo las cuatro condiciones anteriores, se podrían obtener resultados diferentes. Asimismo, enfatizó que el Gobierno nacional, le cerró a la gente la vía electoral “en la cara”, generando dudas durante los eventos comiciales para que los electores desconfíen y así “sacar del ADN de los venezolanos, esta vía como método para resolver conflictos políticos”.
En este sentido, explicó que tras estas jugadas, el elector interpreta que el voto no es válido o que el candidato victorioso, se ve en la obligación de reconocer la Constituyente, una instancia que no es legítima en el ámbito nacional ni internacional. Para Ramírez, “hay un comportamiento de fondo, que es la humillación del contrincante” y no la solución de los problemas de los municipios, obligando además, a los alcaldes, a depender únicamente de los fondos del Estado.
“No hay nada que demostrar”
El politólogo, explicó que los procesos electorales no son sinónimo de democracia, tal como asegura la cúpula chavista, la cual, continuamente hace referencia en que Venezuela es el país que ha celebrado mayor cantidad de elecciones en 18 años. Con respecto a la postura de la Unidad ante la comunidad internacional, Ramírez aseveró que no es necesario someterse nuevamente a unas elecciones trucadas para demostrarlo, puesto que con los resultados obtenidos el pasado 15 de octubre, se evidenció el conjunto de irregularidades propiciadas por el ente comicial para dificultar el proceso a sus contrincantes.
“Todos lo saben. La gente también está consciente”, refirió el especialista electoral, quien acotó que para que la MUD pueda calar nuevamente en las masas y obtener resultados positivos, debe mantener un discurso sincero y explicar el porqué la mejor opción es no salir a votar. “Tienen que enviar un mensaje efectivo, porque ese fue el error que cometieron en las elecciones pasadas: no decirle a la gente las verdaderas razones por las que tenían que ir a votar”, dijo, a la vez que aclaró que no será una tarea difícil, porque la población está más preocupada por sobrevivir que por el panorama electoral, lo que se traduce también, en un mayor porcentaje de abstención.