La deuda de Venezuela alcanza los 150 millardos de dólares aproximadamente, lo que hace que cada ciudadano nazca, literalmente, endeudado con 4.720 dólares por ese compromiso que adquirieron el gobierno y Petróleos de Venezuela.

El pago actual de la deuda externa por persona creció 64,1% con respecto a 1998, según reseñó en un artículo el diario El Nacional. Este refinanciamiento o reestructuración anunciado por el presidente Nicolás Maduro el 2 de noviembre impactará en la calidad de vida de los venezolanos, quienes también sienten aprehensión sobre los resultados de la reunión que para este lunes convocó el gobierno con los tenedores de los bonos

El director de Ecoanalítica, Alejandro Grisanti, destacó que los venezolanos seguirán padeciendo el desabastecimiento y la inflación independientemente de si la deuda sea renegociada o reestructurada. Aclaró que renegociar la deuda soberana se trata de una decisión, y la reestructuración no es voluntaria y se presenta cuando un país no tiene con qué pagar e intenta obligar a los tenedores a aceptar un bono en peores condiciones.

Grisanti considera que la renegociación podría significar un respiro para la población de 6 o 9 meses, si el gobierno destina el dinero de liberación de los pagos de la deuda a las importaciones de bienes esenciales, lo cual decantaría en una menor presión inflacionaria.

El economista Luis Oliveros indicó que 70% de los bonos de la deuda está principalmente en manos de inversionistas independientes, la mayoría de Estados Unidos.

Por otra parte, Rusia y Venezuela firmarán un acuerdo de reestructuración de deuda el 15 de noviembre por un plazo cercano a 10 años y con pagos que aumentarán gradualmente, dijo una fuente familiarizada con las negociaciones. El gobierno de Maduro le tendrá que devolver a Moscú un monto significativo de dinero antes de finales de 2017 para que el acuerdo sea efectivo.

Vía El Cooperante

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