Aunque los analistas han especulado durante mucho tiempo sobre la posibilidad de que Donald Trump y Elon Musk terminaran peleándose, pocos predijeron la velocidad y la ferocidad con la que estalló su disputa en redes sociales.

Desde que Musk prometió su apoyo incondicional al presidente tras el intento de asesinato contra Trump en Pensilvania hace menos de un año, los intereses políticos y comerciales de ambos se han entrelazado cada vez más.

En varias áreas clave, como la financiación política, los contratos gubernamentales y sus relaciones personales, ambos han llegado a depender el uno del otro, lo que significa que terminar la alianza probablemente será difícil.

Esto complica su ruptura y garantiza que, sin importar el desenlace, seguirán vinculados y podrían perjudicarse mutuamente de múltiples maneras.

Donald Trump junto con Elon Musk  

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