«En este año en que la Iglesia celebra el Jubileo de la Esperanza, confiamos en poder contar con el apoyo de Su Santidad, en que reconozca nuestra existencia como oposición y que defienda la dignidad de los cubanos que buscan reconciliación y reparación», aseguraron.

«Conocemos su compromiso con las causas justas y con los más desfavorecidos, por ello vemos con optimismo el diálogo que pueda sostener a favor de nuestros presos políticos y reclamos de libertad», agregaron.

El CTDC describió Cuba como un «país colapsado» en una «profunda crisis», una nación «marcada no solo por el hambre y la pobreza, sino también por la violencia y la represión de Estado».

Este contexto, argumentaron, «ha quitado a muchos la esperanza y ha provocado el mayor éxodo de la historia del país, que ha roto la unidad familiar y fragmentado la nación».

En la carta, la plataforma se describió como «un grupo de cubanos» unidos por su oposición al sistema político en la isla y su objetivo de «establecer un Estado de Derecho democrático, que asegure la libertad como bien supremo, la dignidad y la justicia».

El Vaticano ha jugado un papel político clave en Cuba en los últimos años, especialmente durante la etapa del papa Francisco (2013-2025), antecesor de León XIV, aunque también en otros períodos previos.

Tanto el breve ‘deshielo’ entre La Habana y Washington (2014-2017) como el reciente acuerdo para la excarcelación de presos a cambio de sacar a la isla de la lista de países promotores del terrorismo (2025) estuvieron mediados por la Santa Sede. EFE

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