Amon Kipruto Mely fue presentado a un intermediario que organizaba el transporte al Hospital Mediheal, en la ciudad de Eldoret, Kenia occidental. Amon cuenta que allí fue recibido por doctores indios que le entregaron documentos en inglés, un idioma que él no entendía.
Una organización que se aprovecha de los jóvenes y pobres
No le informaron de ningún riesgo para la salud, dijo Amon. “No me explicaron nada. El que me había llevado señaló a la gente a nuestro alrededor y dijo: ‘Miren, todos donaron, e incluso van a volver a trabajar’”. Luego de la operación, le pagaron sólo $4,000 dólares en lugar de los $6,000 que le habían prometido. Con eso se compró un teléfono y un automóvil que se descompuso enseguida. Muy pronto, su salud empeoró. Se sentía mareado y débil, y hasta se desmayaba. En el hospital, su madre, Leah Metto, descubrió conmocionada que su hijo había vendido un riñón. “Están haciendo dinero con chicos como Amon”, dijo.