Los documentos judiciales muestran que el gobierno utilizó un sistema de puntuación de inmigración para las deportaciones de venezolanos y se basó en las redes sociales y los tatuajes.
Algunos de esos tatuajes tienen imágenes comunes, como una corona o una rosa.
“Es mi responsabilidad como tatuador decirles que la gente ha sido atacada, que es real, que está sucediendo, que está sucediendo y que tal vez no sea el mejor momento”, dijo Diego Vega, quien es tatuador en Doral, una ciudad con una alta concentración de venezolanos.
Comentó que recientemente ha visto a clientes que vienen con ganas de cubrir o eliminar ciertos tatuajes a la luz del clima actual de inmigración.
“Recuerdo tener un padre que quería hacerse un tatuaje familiar. Hizo el nombre de su esposa y luego el de su hija, y luego el de su hijo”, dijo.
El tatuador explicó que debió taparse una pequeña corona que acompañaba al tatuaje porque solía decir que eran “su reina y su princesa”.