Usando solo el sentido común, se sabe perfectamente que esto es gravísimo, porque es el momento donde los reproductores están más expuestos a ser depredados por pescadores comerciales o furtivos. Por cada gran reproductor que se mata, no solo se pierde ese pez, sino que toda su descendencia.

“Sr. Sánchez, todo debe ser protegido. El Río Paraná históricamente ha sido objeto de una depredación sistemática y quitar las vedas a un recurso ya tan castigado sería lapidario

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