El 9 de diciembre de 2012 el entonces presidente Hugo Chávez nombró a Nicolás Maduro como su sucesor, mientras se recuperaba del cáncer que tres meses después acabaría con su vida, publica Vanguardia este martes.

Tras la muerte de Chávez, Maduro recogió las banderas de la revolución, pero cinco años después la economía de Venezuela se encuentra en la peor crisis de su historia.

Desde que el que también fuera canciller de Venezuela llegó al Palacio de Miraflores, el PIB se ha contraído 31,9% según las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Pese a esto, y en medio de una campaña electoral desigual en donde los principales partidos de oposición se negaron a participar, Maduro se encamina a iniciar otro periodo presidencial tras las elecciones del domingo.

La inflación es uno de los ejemplos del fracaso del modelo económico venezolano. Según el Fondo Monetario Internacional, la variación de precios llegará a 12.870% este año, la más alta del mundo. El tipo de cambio oficial también ha impactado el día a día de los venezolanos y la Cepal reportó que el bolívar respecto al dólar se depreció por cuarto año consecutivo a tasas de más de dos dígitos en 2017.

Pese a que la economía tuvo un respiro el año pasado cuando las exportaciones crecieron 9% y las importaciones disminuyeron 26%, gracias a la subida de los precios internacionales del petróleo, los pagos de deuda externa tienen en default a al menos 18 de los 24 bonos que ha emitido Venezuela.

Las sanciones que ha impuesto el gobierno de Donald Trump, y que ha prohibido a cualquier empresa o persona estadounidense transar con los bonos, han agotado el bolsillo del Gobierno.

La Cepal calculó que el año pasado los pagos de deuda externa superaron los US$2.500 millones y se espera que, en 2018, 2019 y 2020 sobrepasen los US$5.000 millones. A esta coyuntura se suma el estado en el que se encuentra la petrolera estatal Pdvsa, la fuente de más de 90% de los ingresos del país según Reuters. Entre 2014 y 2016, los ingresos de la compañía cayeron 60,6%, mientras que el año pasado tuvo una caída de 33% en el bombeo de crudo que, según estimaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), alcanzó 1,51 millones de barriles por día (bpd). El promedio de 2018 es el más bajo de los últimos 33 años.

La empresa también ha enfrentado pagos que, entre capital e intereses, superaron los US$ 6.000 millones en 2017 y que se situarían entre US$ 3.000 y US$ 5.500 millones anuales durante los próximos tres años.

Vía La Patilla

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