Los fiscales dicen que los cargos contra Alberto Rubio Zamora se derivan de la misma investigación de intervención telefónica que dio lugar al caso contra el hijo de Ismael “El Mayo” Zambada García.
Un presunto miembro del cártel mexicano de Sinaloa ha sido extraditado de México a San Diego para enfrentarse a cargos de narcotráfico y lavado de dinero derivados de una investigación relacionada con uno de los hijos de los dos antiguos líderes del poderoso cártel.
Alberto David Rubio Zamora, alias “El Mudo”, es el principal inculpado en una acusación de tres cargos y 10 personas de 2014 en la que se alega que, al menos de 2005 a 2014, formó parte de una conspiración para traficar con metanfetamina de México a Estados Unidos y lavar el producto de la droga.
Las autoridades mexicanas capturaron a Rubio en 2020, según informes de diversos medios de comunicación. A finales de la semana pasada, las autoridades mexicanas lo entregaron a las autoridades estadounidenses en un aeropuerto de Ciudad de México, según la Procuraduría General de la República.
Rubio fue procesado y se declaró inocente de los cargos la semana pasada. En una vista celebrada el martes por la mañana, no cuestionó el hecho de que continuara detenido.
Su abogado no respondió el martes a una solicitud de comentarios, y los documentos judiciales disponibles sobre su caso proporcionan pocos detalles sobre sus presuntas acciones específicas.
Según un documento presentado por la fiscalía, el caso contra Rubio y sus coacusados —al menos siete de los cuales ya se han declarado culpables y han sido condenados— surgió de una investigación relacionada con Serafín Zambada Ortiz, hijo nacido en San Diego del capo fugitivo de Sinaloa Ismael “El Mayo” Zambada García.
Zambada Ortiz también fue acusado en San Diego, y hace años se declaró culpable y fue condenado por dirigir una célula de distribución de drogas que fue captada en una intervención telefónica conspirando para traficar con grandes cantidades de cocaína y marihuana desde México a San Diego.
La causa contra Rubio y sus coacusados tiene su origen en la misma investigación de Zambada Ortiz y en “actividades que forman parte del mismo presunto evento o transacción delictiva”, según un escrito del fiscal de 2014 en el que notificaba al tribunal la existencia de una causa relacionada.
Una acusación de 2012 contra 13 personas por tráfico de drogas y blanqueo de dinero también se derivó de la misma investigación de escuchas telefónicas, según un documento presentado en el caso de Zambada Ortiz.
Estas investigaciones forman parte de un esfuerzo mayor para desmantelar el cartel de Sinaloa, que durante años se ha desarrollado en gran medida en los tribunales federales de San Diego, y que ha acabado con células de distribución de drogas, contrabandistas, asesinos a sueldo, líderes de alto rango y blanqueadores de dinero. Zambada García, líder fugitivo del cartel y objeto de una recompensa de 15 millones de dólares de la Administración para el Control de Drogas, es el principal acusado en una acusación de 2014 en San Diego que también incluye a otros dos de sus hijos, uno de los cuales fue condenado a prisión el año pasado.
El otro y más conocido líder del cartel, Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue acusado por separado en Nueva York. Fue condenado en juicio y cumple cadena perpetua en una prisión federal de Colorado.
A pesar de los esfuerzos por procesar a los miembros de más alto rango del cartel, éste ha seguido siendo una fuerza poderosa en el suministro de drogas ilegales a Estados Unidos, aunque en los últimos años, especialmente tras la detención definitiva de Guzmán en 2016, se han producido luchas de poder internas entre las facciones leales a Zambada García y sus hijos y las leales a Guzmán y sus hijos, conocidas como “Los Chapitos.” El cartel también se ha enfrentado a desafíos externos de otros grupos, como el ultraviolento Cártel Jalisco Nueva Generación, una organización que los fiscales de San Diego también han empezado a tener en la mira.
Fuente: Unión Tribune