Las sanciones a PDVSA, además de representar un problema para el sector energético venezolano, también podría traer serios efectos políticos para el régimen de Maduro.

La medida aplicada por el gobierno de Donald Trump se da en momento en que la producción de crudo de la estatal venezolana se ubica en 1,3 millones de barriles diarios, la más baja en tres décadas.

Pese a las constantes tensiones entre Caracas y Washington, desde la llegada del chavismo al poder hace 20 años, Estados Unidos sigue siendo el mayor cliente del petróleo venezolano.

Las sanciones consisten en el bloqueo de 7.000 millones de dólares de activos de PDVSA. Además, Citgo -filial de la compañía en Estados Unidos- podrá operar siempre y cuando deposite sus ganancias en una cuenta que se encuentra bloqueada.

Un 80% de la liquidez por ventas de crudo proviene de esa relación, de acuerdo a la firma Econanalítica, ya que las exportaciones hacia países aliados de Maduro como Rusia o China se dedican principalmente a pagos de deudas.

Así y todo, Moscú en varias ocasiones aceptó reestructurar esa deuda.

Los efectos en el mercado

Como era de esperarse, los precios del petróleo subieron este martes, tras las sanciones de Estados Unidos contra PDVSA.

El barril de Brent del mar del Norte para entrega en marzo terminó en 61,32 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, 1,39 dólares más que en el cierre del lunes.

En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de «light sweet crude» (WTI) para la misma entrega subió en 1,32 dólares hasta alcanzar los 53,31 dólares en el cierre.

«Los compradores estadounidenses de petróleo bruto venezolano tendrán que pagar a través de un tercero», explicó a la agencia AFP Olivier Jakob, un analista de Petromatrix, quien agregó que esto provocará «el paro del flujo de crudo hacia Estados Unidos».

Fuente: Infobae.

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