La incautación por parte de Estados Unidos de un petrolero frente a la costa de Venezuela el miércoles tenía la clara intención de poner nervioso al régimen de ese país.

Lo más probable es que la medida dificulte las exportaciones de petróleo de Venezuela, lo que reduciría una fuente crucial de ingresos para el régimen de Nicolás Maduro.

“Afectará sin duda a todos los buques con destino a Venezuela”, dijo Angeliki Frangou, directora ejecutiva de Navios Maritime Partners, propietario y operador griego de petroleros. “Es un mensaje muy fuerte”.

Pero los expertos en transporte marítimo y en el mercado del petróleo dijeron que era improbable que la operación perturbara significativamente una red más amplia de buques que transportan petróleo desde Rusia, Irán y Venezuela en violación de las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países.

No existe un recuento oficial de las embarcaciones dedicadas a este comercio, pero los expertos coinciden ampliamente en que se ha disparado desde que Rusia invadió Ucrania en 2022. S&P Global Energy estimó que la flota creció un 45 por ciento en el año que finalizó en mayo. En respuesta a dicha guerra, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países impusieron sanciones a Rusia, uno de los mayores productores de petróleo del mundo.

Es difícil determinar quién posee u opera los viejos petroleros, a los que a menudo se denomina flota oscura o fantasma. Estos buques, que según los expertos en transporte marítimo y energía representan entre el 10 y el 20 por ciento de la flota mundial de petroleros, suelen ocultar sus rutas. Lo hacen mediante la manipulación del sistema que los grandes buques deben utilizar para transmitir su ubicación y velocidad.

Venezuela, la cual lleva años sometida a diversas sanciones estadounidenses, depende en gran medida de la flota oscura para exportar su petróleo, la mayor parte del cual se dirige a China. La incautación de esta semana, y el hecho de que el presidente Donald Trump y otros funcionarios del gobierno hayan dicho que tienen la intención de actuar contra más buques, podría disuadir a los operadores de petroleros de enviar buques a Venezuela, dijeron los analistas.

“Esto va a aumentar el costo de operar buques de la flota fantasma, y va a hacerlo menos atractivo, incluso para algunos de estos personajes inescrutables”, dijo Robin Brooks, investigador principal de la Brookings Institution.

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