En los largos pasillos del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde suelen mezclarse prisas, turistas, despedidas y regresos, hoy domina una quietud inusual. Para decenas de pasajeros venezolanos y colombianos, el tiempo se ha congelado. Son los afectados por la cascada de cancelaciones entre Madrid y Caracas, un encadenamiento de alertas de seguridad, decisiones diplomáticas y respuestas políticas que los ha dejado, literalmente, en tierra de nadie.
Por: El Mundo
Entre ellos está «Rómulo», nombre ficticio de un venezolano de 71 años que regresaba a casa tras visitar a su familia en Portugal. Desde hace días deambula por la Terminal 1 arrastrando su maleta y buscando una silla libre donde descansar. «Solo quería volver a mi casa. No pensé que terminaría durmiendo en un aeropuerto», lamenta. No puede pagar un alojamiento ni volver a Lisboa.
En distintas esquinas de la T1, otros pasajeros apilan mantas, cargadores, botellas de agua y bolsas de comida. Algunos llevan cinco noches en el aeropuerto, sentados incluso sobre los carritos portaequipajes. «Pasan las horas y nadie nos da una solución», protesta una mujer mientras se acomoda junto a su equipaje.
Según trabajadores consultados por EL MUNDO, alrededor de medio centenar de viajeros seguían varados hasta la mañana del domingo, pese a los esfuerzos por reubicarlos en los pocos vuelos disponibles de Avianca y Air Europa hacia Medellín y Bogotá. Solo una minoría ha logrado embarcar. Aena confirmó que la Cruz Roja habilitará plazas habitacionales hasta el lunes, un respiro para quienes ya no soportan otra noche sobre el suelo frío.
Vuelos cancelados
La compañía venezolana Estelar, encargada de la mayoría de las conexiones de esta semana, ha cancelado sus vuelos del lunes, miércoles y viernes. Los afectados denuncian una gestión «opaca» y «desordenada». Luis Zamora, de 37 años, muestra la carpeta donde guarda su billete: debía volar el viernes y permanece desde entonces en Barajas. Reclama atención médica.
El origen del bloqueo se remonta al 24 de noviembre, cuando la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitió una alerta instando a extremar la precaución al sobrevolar Venezuela por riesgos de seguridad en su espacio aéreo. Iberia suspendió inmediatamente sus rutas a Caracas. El régimen de Nicolás Maduro reaccionó acusando a las aerolíneas europeas de «sumarse a acciones de terrorismo de Estado promovidas por Estados Unidos» y tachó la decisión de unilateral.
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