La también cantante, quien era corista de la banda de su padre, estuvo presente durante el derrumbe y logró sobrevivir al hecho que calificó como “lo más trágico e impactante” de su vida.
Zulinka fue clara en que no busca dinero, sino justicia: “Con eso no van a revivir a mi papá. Pero él el dueño del local tiene que responder, no solo ante mí, ante un pueblo, ante tantas vidas”.
En sus declaraciones, señaló directamente al empresario Antonio Espaillat, propietario del centro de entretenimiento, quien asegura tenía a Rubby Pérez en su nómina fija para presentaciones.
“No es algo personal. Es su empresa. Mi papá tocaba allí por nómina. Solo los músicos cobraban”, afirmó con contundencia, subrayando que se trató de una falla que se pudo evitar.
Video vía Instagram: @tdandrades