«Este proyecto prácticamente nació con la intención de que participaran los mismos migrantes y se fueran incorporando a la actividad propia», explicó el pastor Juan Fierro García, del albergue El Buen Samaritano, en Ciudad Juárez

Migrantes varados en la frontera norte de México, en Ciudad Juárez, cultivan sus propios alimentos ante la precariedad económica y como una terapia ocupacional mientras esperan la oportunidad de cruzar a Estados Unidos.

El albergue El Buen Samaritano se ha convertido en un refugio para 71 personas de países suramericanos que buscan mejorar sus condiciones de vida, y en este espacio, además de alojamiento, cosechan sus propios alimentos como una forma de promover la autosuficiencia y el bienestar de los migrantes varados.

El albergue ha implementado un programa de agricultura urbana para que los migrantes participen activamente en el cultivo de hortalizas y legumbres, como parte de un proyecto de sostenibilidad que busca también inculcarles nuevas habilidades.

“Tengo siete meses de estar acá, y a Dios gracias, pues esto nos ha ayudado bastante, tanto física como emocionalmente, nos hemos distraído, hemos convivido, nos ha servido para una sana convivencia, como albergue”, narró a Efe la guatemalteca Gloria Gómez, inquilina del lugar.

La mayoría de los migrantes albergados en El Buen Samaritano provienen de Venezuela, Colombia y Perú, y muchos de ellos están esperando continuar su travesía hacia Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades.

Por EFE

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