Embajadas chinas en algunos países como Rusia, Singapur o Nueva Zelanda anunciaron recientemente que los pasajeros procedentes de dichas naciones no tendrán que presentar una prueba PCR antes de embarcar con destino a China, como venía siendo habitual desde el comienzo de la pandemia.
A su vez, algunos países como Francia han retirado o suavizado en las últimas semanas los requisitos de pruebas PCR a los viajeros procedentes de China, que comenzaron a aplicarse después del desmantelamiento de la política de «cero covid» en el país asiático y la consiguiente oleada de contagios que vivió la nación.
China aplicó durante casi tres años una estricta política de «cero covid» que implicaba un cierre casi total de fronteras: se dejaron de expedir varios tipos de visados y solo los ciudadanos chinos y un número reducido de extranjeros podían entrar al país, tras lo cual les esperaba un mínimo de 14 días de cuarentena en un hotel asignado por las autoridades y costeado por el viajero.
Tras casi tres años en los que los vuelos internacionales se vieron reducidos a una mínima fracción, incluso por debajo del 5% del volumen de 2019 por las restricciones impuestas por la Aviación Civil china, el número de vuelos entre China y el extranjero en las últimas dos semanas solo alcanzó un 20% de la cifra registrada anterior al estallido de la pandemia.