El grupo pide una intervención militar para derrocar al nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Fuerzas de la Guardia Nacional avanzaron contra los manifestantes con bombas lacrimógenas. El incidente recuerda el ataque al Capitolio de EE.UU. hace dos años.

Centenares de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron este domingo la sede del Congreso Nacional, la Corte Suprema y el palacio presidencial pidiendo una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El grupo superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, se subieron al techo, rompieron ventanas y pintaron grafiti.

Los incidentes, que recuerdan la invasión del Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero del 2021, se produjeron solo una semana después de que el presidente izquierdista, Luiz Inácio Lula da Silva, jurara el cargo el 1 de enero.

Da Silva decretó que las fuerzas federales intervendrán en la seguridad en Brasilia (el Distrito Federal) hasta el 31 de enero.

“Quien tiene que guardar seguridad en el Distrito Federal (DF) es la Policía Militar del DF, que no lo hizo. Hubo incompetencia, mala voluntad y mala fe de las personas que guardan la seguridad. No es la primera vez”, dijo da Silva y citó el vandalismo que ocurrió el día de la investidura.

Añadió que la policía militar que haya colaborado con los violentos serán expulsados ​​de la institución.

Los insurgentes causaron daños  e inundaciones, prendieron fuego y vandalizaron los predios.

Alrededor de las 5 p.m., el equipo de seguridad del Tribunal Supremo Federal (STF) y la policía antidisturbios retomaron la sede de los Tres Poderes tras la invasión. Los golpistas bajaron esposados y escoltados por la policia por la rampa del Palácio do Planalto.

Centenares de bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día después de las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.

Han estado bloqueando carreteras, incendiando vehículos y reuniéndose frente a edificios militares, pidiendo la intervención de las fuerzas armadas.

La Embajada de EE.UU. en Brasil le advirtió en la red social Twitter a los ciudadanos estadounidenses que eviten el Congreso Nacional y sus alrededores.

Fuerzas de la Guardia Nacional avanzaron contra los manifestantes en el Palacio del Planalto, con disparos (no es claro con qué tipo de municiones) y con bombas lacrimógenas.

También han habido reportes de violencia hacia periodistas. La reportera Ana Paula Rehbein informó en su Twitter que «cinco periodistas han sido agredidos y les han robado equipos… Informa CBN Radio con datos del Sindicato de Periodistas».

Según CBN Radio, algunos de los agentes de policía en el lugar no están deteniendo a los violentos.

Afuera de los predios, videos de usuarios de redes que presenciaron la escena muestran un carro policía manejando a alta velocidad por un campo repleto de gente. No es claro si impactó a una o más personas.

El fiscal general de Brasil abrió una investigación penal para «responsabilizar a los involucrados» durante las manifestaciones que aún siguen en curso, según un comunicado en su página web.

Además, la Fiscalía pidió la detención del recientemente destituido Secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Anderson Torres, en relación con los disturbios.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador repudió los ataques y comunicó su apoyo a da Silva, con quien comparte una ideología de izquierda.

 

 

 

 

Fuente: Telemundo Noticias

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