Ninguna de esas posibilidades ocurrió. Y su derrota el 30 de octubre ante Luiz Inácio Lula da Silva marcó el inicio de dos meses de silencio relativo para el autoproclamado abanderado de la derecha brasileña.

El lema de Bolsonaro es “Dios, Familia, Patria” y como presidente confirió más poderes a las fuerzas armadas y levantó restricciones a la tenencia de armas. Muchos de sus partidarios todavía le siguen con entusiasmo y han acampado a las afueras de cuarteles militares, exigiendo que las fuerzas armadas intervengan para mantenerlo como presidente.

Sin embargo, Bolsonaro le autorizó a su jefe despacho dirigir el proceso de transición, y ya han llegado los camiones de mudanza al palacio y a la residencia presidenciales. Algunos artículos personales han sido removidos, especialmente objetos de arte obsequiados por partidarios como una escultura de Bolsonaro tamaño real y una de una motocicleta.

 

 

 

 

 

Fuente: LA Times

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