Salih Mustafa, excomandante del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), es sindicado de detención arbitraria, tratos crueles, tortura y asesinato durante la guerra entre Serbia e independentistas de esta antigua provincia yugoslava con mayoría de población musulmana de origen albanés (1998-1999).

Detenido en 2020 mientras trabajaba como asesor para el ministerio de Defensa, Mustafa habría torturado a al menos seis civiles en un centro de detención en abril de 1999 en Zllash, en Kosovo. La juez principal iniciará formalmente el proceso leyendo el acta de acusación, indicó el tribunal en un comunicado. El proceso cuenta con 16 testigos que declararán en sesiones previstas entre septiembre y octubre.

OTAN forzó con bombardeos el fin de la guerra de Kosovo

La guerra de Kosovo, que causó 13.000 muertos, terminó en 1999 por una campaña de bombardeos de la OTAN que forzó la retirada de las fuerzas serbias. Numerosos dirigentes serbios han sido condenados por crímenes de guerra en tribunales internacionales durante los conflictos que desgarraron en los años 1990 la antigua Yugoslavia.

Creado en 2015, el tribunal especial para Kosovo (KSC) se encarga de crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Kosovo entre 1998 y 2000, especialmente aquellos cometidos por los independentistas del UCK contra serbios, gitanos y kosovares opuestos a su guerrilla.

Aunque es una instancia penal kosovar, el tribunal se ubica en los Países Bajos para proteger a los testigos que puedan ser objeto de presiones y amenazas y está compuesto por jueces y fiscales internacionales. Salih Mustafa es el primero en ser juzgado por el tribunal, que también inculpó al expresidente kosovar (2016-2020) Hashim Thaçi.

Otros responsables del UCK fueron procesados en el pasado por el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY), entre ellos el exprimer ministro Ramush Haradinaj, absuelto en 2012 junto a otros dos jefes de la guerrilla. El «comandante Cali», su nombre de guerra, dirigió un centro de detención provisional para acusados de espionaje, colaboración con los serbios o no cooperación con el UCK, indica el auto de acusación.

La acusación entiende que los crímenes se ejecutaron bajo órdenes de Salih Mustafa, o al menos que el comandante los conocía o tenía motivos para conocerlos.

La mayoría de países occidentales han reconocido la independencia de la antigua provincia serbia, pero Belgrado no la ha aceptado.

Alejandro Ramírez Saavedra
CEO
NOTIEXPRESSCOLOR.COM

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