El Departamento de Justicia de Estados Unidos se dispone este viernes a anunciar una demanda contra el Estado de Georgia por la ley recientemente aprobada que se restringe el derecho al voto de las minorías y en concreto de la población negra. El pasado 25 de marzo, el Capitolio de Georgia, de mayoría republicana, aprobó la legislación conocida como Ley de Integridad Electoral, que introduce una serie de restricciones en el voto para todos los ciudadanos, pero que apunta a los sectores de la sociedad más desfavorecidos. En opinión de los demócratas, se trata de una maniobra deliberada para socavar la importancia de la participación de los negros, en concreto, que fueron una fuerza decisiva en la elección el pasado noviembre de Joe Biden como presidente de EE UU.
En rueda de prensa, el fiscal general, Merrick Garland, ha insistido en que lo que se denuncia es que esa normativa tiene como propósito “negar o reducir el derecho de los negros de Georgia a votar”, lo que es una violación de la ley federal de la nación que protege el derecho al voto. La decisión de la Justicia estadounidense en el caso de Georgia es la primera acción que se toma sobre unas leyes votadas en Estados de mayoría republicana que imponen límites al sufragio tras la derrota electoral del expresidente Donald Trump y su alegato de que le robaron las elecciones.
os republicanos argumentan que era necesaria una nueva normativa para “prevenir el fraude electoral”. Los demócratas contraatacaron -y ahora lo han elevado a una demanda de Justicia- diciendo que esas leyes están diseñadas para suprimir la participación de ciertos distritos electorales que históricamente han votado por candidatos de su partido.
Los cambios que impuso el legislativo de Georgia, entre otros, fueron expandir las localidades donde se pueda ejercer votar anticipadamente y por correo; acortar el plazo (de 180 a 78 días) para solicitar ese voto y la exigencia de una identificación con fotografía para obtenerlo (en EE UU, algo que cuesta entender fuera de este país, no existe un documento nacional de identidad); reducir el número de buzones para depositar esos sufragios con respecto a 2020, cuando se implantaron por la pandemia; vetar que se pueda votar de forma anticipada más allá de las siete de la mañana y las siete de la noche, y permitir que los condados reduzcan aún más ese horario: de nueve de la mañana a cinco de la tarde.
Y si todo eso fuera poco, además, reforzó el poder de la Cámara legislativa sobre el proceso electoral, lo que despierta grandes temores a la vista del pulso recién vivido en las pasadas elecciones, con las presiones que recibieron algunos Gobernadores y legisladores por parte de la Casa Blanca de Trump para cambiar el sentido del voto vencedor. Tras su derrota en noviembre, Trump empleó meses intentando desacreditar el resultado de los comicios de 2020 y haciendo acusaciones falsas de fraude general generalizado, negándose a reconocer la victoria de su contrincante, Joe Biden.
Georgia es el segundo Estado con mayor población negra de Estados Unidos (más de un 33%), según el censo de 2019. En un año marcado por las protestas raciales más multitudinarias desde el asesinato de Martin Luther King en 1968, con el movimiento del Black Lives Matter en plena vigencia, la tierra donde nació y fue enterrado el activista alcanzó cifras históricas de participación electoral. La movilización de la comunidad negra fue quien en noviembre dio el triunfo a Biden por menos de 12.000 votos frente a Trump.
Alejandro Ramírez Saavedra
CEO
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