El bolero, género musical con nacimiento registrado hace más de un siglo en Santiago de Cuba y una amplia repercusión en América Latina y a escala universal, sumó ahora el título de Patrimonio Cultural de la Nación avalado por su legado y permanencia en el tiempo.

La legendaria intérprete Omara Portuondo considera «magnífico» este nuevo reconocimiento, que ve como «un homenaje a tantos artistas y boleristas del mundo y de Cuba, y también a tantas personas que se han enamorado con un bolero».

La diva del grupo Buena Vista Social Club confiesa que su bolero preferido es «Veinte Años», creado en 1935 por la trovadora cubana María Teresa Vera con texto de Guillermina Aramburu.

«Ese fue el tema que mi padre y mi madre me enseñaron», rememora la cantante de 90 años, también identificada como la «novia del feeling (sentimiento)», un movimiento musical surgido en la pasada década de los años cuarenta que está emparentado con el bolero.

«Lágrimas negras», «Bésame mucho» y otros boleros eternos

Los amores imposibles y perdidos, los celos, las traiciones, las incomprensiones, el engaño, los odios reprimidos y las reconciliaciones integran las letras de los boleros desde que el trovador Pepe Sánchez estrenara en 1883 acompañado de su guitarra la melodía «Tristezas», nutrida del bolero hispánico y con elementos rítmicos propios de los instrumentos de percusión heredados de África.

Desde entonces, el bolero evolucionó y se impuso en toda Latinoamérica con títulos tan sugestivos como «Si me comprendieras», «Bésame mucho», «Lágrimas negras» o «Nosotros» que, con un tono nostálgico e íntimo, cantaron al amor y en sus argumentos se regodearon en la sensualidad y el erotismo.

Se ha adaptado a escenarios diversos, desde grandes teatros hasta cabarés y clubes nocturnos que le han prestado el intimismo de su ambiente.

Las «épocas de oro» del bolero

En Cuba, el bolero ha disfrutado de indiscutibles «épocas de oro» con músicos como Orlando de la Rosa, Isolina Carrillo, Pedro Junco, José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Adolfo Guzmán o el dueto Piloto y Vera, que han dejado temas antológicos.

A partir de los años cincuenta brillaron intérpretes como Benny Moré y Olga Guillot, quien marcó temas con su particular estilo y melodía como «La noche de anoche», «Miénteme», «Sabor a mi» y «Qué sabes tú».

También Gina León, Bola de Nieve, Lino Borges, Fernando Álvarez, Vicentico Valdés, Miriam Ramos o Elena Burque; y el éxito del Buena Vista Social Club, nacido en los noventa, permitió recuperar los boleros en la voz del fallecido Ibrahim Ferrer y el cantautor Elíades Ochoa, quien ganó un premio Granmmy Latino en 2012 con el disco «Un bolero para ti».

No se puede olvidar la acogida que ha tenido en México, Colombia, Puerto Rico, Perú y República Dominicana, donde compositores como Armando Manzanero, María Greever, Consuelito Velázquez (la autora de «Bésame mucho») o Vicente Garrido, y cantantes como Luis Miguel, Daniel Santos, Chavela Vargas y Lucho Gatica, lo han reverenciado.

El bolero «siempre va a sobrevivir»

Para Alicia Valdés, investigadora, profesora y coautora -junto al director de orquesta y musicólogo José Loyola- del texto que fundamentó la nominación para su registro como patrimonio, se trata de un paso «muy significativo para salvaguardar la historia del género y la de sus creadores, cantantes, instrumentistas acompañantes, músicos de atril, directores e intérpretes».

«Es una forma de honrar al bolero, de reconocer su significación y permanencia, y legitimar el significado de lo que hacemos y nos distingue como cubanos», señala en una entrevista con Efe.

Valdés afirma que «siempre va a sobrevivir, evolucionar y renovarse» dada su capacidad para «adaptarse y asociarse» a otros géneros, lo que ha contribuido a «su desarrollo, vigencia y contemporaneidad, sin perder su perfil y autonomía».

Alejandro Ramírez Saavedra
CEO
NOTIEXPRESSCOLOR.COM

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