Las altas temperaturas, los incendios forestales, las tormentas y la contaminación atmosférica plantean amenazas inéditas para la organización y el desarrollo del Mundial 2026, que se disputará en 16 ciudades de Estados Unidos, Canadá y México entre junio y julio.

El evento deportivo, seguido por millones de personas, enfrenta la posibilidad de comprometer la seguridad de los aficionados, el bienestar de los jugadores y el funcionamiento del sector comercial local debido a condiciones meteorológicas cada vez más impredecibles.

Estadios en riesgo y antecedentes preocupantes

Según un análisis publicado por BBC Worklife, 10 de los 16 estadios que albergarán partidos presentan un “riesgo muy alto” de registrar episodios de calor extremo. Maddy Orr, especialista en el impacto del clima en el deporte y radicada en Toronto, advierte que la cancelación de partidos podría representar el mayor desafío económico.

“Si se cancela un evento, podría ser necesario reembolsar entradas y pagar al personal que ya se desplazó para trabajar”, advirtió Orr. Además del calor, la amenaza de incendios, tormentas y una mala calidad del aire podría provocar que los aficionados, jugadores y organizadores enfrenten situaciones potencialmente graves

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