Una vez cerrado el telón de la temporada 2020-21, las oficinas de los equipos comienzan a preparar un verano de novedades: a priori, no se prevé que haya muchos fichajes debido a la crisis económica que ha arrastrado la pandemia del Coronavirus. Tan sólo algunos de los equipos poderosos del continente podrán llevar a cabo grandes incorporaciones, pero sí se puede aventurar un mercado movido.

 

Y uno de los principales candidatos a agitar ese mercado de salidas es el Real Madrid. Sobretodo por dos de los jugadores que militan en la plantilla blanca y que no han cumplido lo mínimo exigible en esta temporada: Eden Hazard (30 años) y Gareth Bale (31).

 

Dos problemas millonarios: sus sueldos galácticos (ambos cobran unos 30 millones brutos por temporada) no se corresponden con su rendimiento en el terreno de juego. Para ser diferenciales, han brillado por su ausencia…

 

El primero volvió a caerse de una convocatoria en el último entrenamiento de los blancos previo a su enfrentamiento con el Villarreal. El segundo, que ha estado cedido toda la temporada en el Tottenham, amenaza con quedarse la próxima temporada, la última que le queda como jugador madridista. Para numerosos seguidores madridistas ninguno de los dos debería seguir vistiendo la elástica blanca en el futuro.

 

Hazard se ha convertido en el caso más sangrante. Antes del encuentro ante el Villarreal se pudo ver al belga dialogando con el presidente blanco, Florentino Pérez, y su compañero Lucas Vázquez en el túnel de acceso al terreno de juego antes del comienzo del encuentro.

 

El máximo dirigente parecía pedirle explicaciones sobre su última lesión: una sobrecarga muscular en el muslo derecho que le impidió participar ante el conjunto groguet. El belga ha cerrado la temporada con apenas 532 minutos repartidos en 14 presencias en partidos de Liga (no ha completado ni un solo encuentro liguero).

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