Por Pedro Mena
La presencia del presidente Guaidó y su equipo de gobierno en el 50 Foro Económico Mundial, celebrado en Davos, Suiza, al cual asistió investido de su condición de primer mandatario venezolano, tiene significación política y económica
El tema obligado de esta semana es la gira exitosa del presidente constitucional de Venezuela, Juan Guaidó. Desconocer o ignorar sus metas y objetivos sería un error histórico. Las críticas malsanas que provienen de minúsculos grupitos irredentos, llenos de odio e ignorancia, no pueden ser tomadas en cuenta como una opinión determinante.
Hay que juzgar la estrategia final y sus desplazamientos tácticos durante el lapso que aún no ha terminado de reuniones y entrevistas con presidentes, jefes de estado y de parlamentos, ministros y funcionarios de alta jerarquía de países amigos, como es el caso de las ansiadas fotos de los presidentes Donald Trump y Juan Guaidó en la Casa Blanca que todos esperamos, así como también con el prelado mayor de la Iglesia católica, el papa Francisco, en El Vaticano, y con el embajador Luis Almagro, secretario general de la OEA.
La polémica sobre la existencia o no de políticas estratégicas en el seno del equipo presidencial de Guaidó ha sido una vez más puesta en práctica en forma exitosa. Los hechos así lo demuestran y se concretan en acciones contundentes, que fortalecen la moral de combate de nuestro pueblo contra la dictadura. No estamos solos. El mundo democrático nos apoya y respalda en la etapa final de esta sangrienta narco-dictadura criminal, que está viviendo sus últimas “patadas de ahogado”.
Para quienes, víctimas de la frustración, el desespero y la emoción, mantienen el cacareado tema bajo la frase popular “aquí no pasa nada”, les estamos demostrando que sí estamos trabajando, la diáspora venezolana en el exterior, al lado de nuestro presidente Guaidó y la AN legítima, para forzar la derrota por las vías expeditas que sea necesario utilizar, incluyendo la fuerza, a la sátrapa tiranía castro comunista invasora en nuestro país. En un año de trabajo, Guaidó logra acorralar a la dictadura y la tiene en jaque mortal a pesar de que algunos “cegatos políticos” digan lo contrario.
La presencia del presidente Guaidó y su equipo de gobierno en el “50 Foro Económico Mundial” celebrado en Davos, Suiza, al cual asistió investido de su condición de primer mandatario venezolano, tiene una significación de importancia política y económica. Por cierto, después de 28 años, nuevamente asisten Venezuela y su presidente a este calificado evento. El último fue el presidente Carlos Andrés Pérez quien, al regresar al país, fue víctima de un intento fracasado de golpe de estado militar, fraguado por Hugo Chávez Frías y su grupo de colaboradores.
La presencia y la inclusión de su derecho de palabra en las sesiones de deliberación del “50 World Economic Forum”, representa el mayor respaldo institucional, político y económico de los sectores democráticos del mundo, fuerza y respaldo necesario para lograr la inversión y recuperación económica del país, una vez concluida la caída de la dictadura y celebradas nuevas elecciones transparentes, democráticas y libres de tutelaje.
El discurso de Guaidó, lleno de valentía y coraje, denunció la grave situación de la crisis humanitaria, el hambre, la falta de medicamentos, de seguridad ciudadana, la migración de 5 millones de compatriotas a otros países, la persecución represiva con detenciones, allanamientos, torturas y asesinatos de líderes políticos y sociales, así como también contra los diputados de la legítima AN, muchos de ellos presos y desaparecidos en las últimas semanas, la “Operación Alacrán” dirigida a comprar los votos de algunos diputados corruptos.
Denunció también el bloqueo ilegítimo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional Bolivariana, para impedir que los diputados y el propio Guaidó pudiesen ingresar a la plenaria de instalación en el Palacio Legislativo del nuevo período legal el pasado 5 de enero, tal como lo establece la Constitución Bolivariana, la creación de una directiva bufa y corrupta de la AN. Todas las maniobras arteras y represivas desatadas contra las fuerzas de la oposición democrática.
Pero, además, abordó las inmensas posibilidades de inversión de la nueva Venezuela democrática, en los campos de energía, petróleo, minería, industrial, cultivos, alimentos, tecnología y muchos otros más donde la inversión extranjera será bienvenida, para construir el desarrollo económico, social y político independiente del país.
El destacado economista venezolano, profesor de Harvard y asesor del gobierno de Guaidó, Ricardo Hausmann, comentó al respecto: “El nivel de comprensión sobre la crisis venezolana es impresionante. Venezuela ha sido un foco muy importante en este 50 Foro Económico Mundial. Me pareció sorprendente ver personas que se encontró Guaidó en esta conferencia. El número de personas es muy grande que están interesados por la presencia de él”.
Guaidó en su intervención expresó: “Estoy aquí en nombre de esos venezolanos que no tienen voz. Necesitamos de su ayuda ante el conglomerado criminal al que nos enfrentamos. Sólos no podemos. Las sanciones son la única herramienta que tenemos para enfrentar este tipo de regímenes. Hay que utilizarlas con claridad y firmeza. Hoy lamentablemente lo que podemos hacer por Venezuela es de carácter correctivo. Usan a Venezuela para amparar a terroristas. Queremos detenerlos. Hay herramientas de la comunidad internacional que podemos utilizar. Han instalado un aparato represivo que persigue y tortura, y a pesar de eso Venezuela está unida. Quiero decirles a los líderes que los venezolanos nos mantendremos firmes, pero que no vamos a repetir culpa. Juntos vamos a asumir responsabilidades”. Claro y concreto.
Este periplo desarrollado por Guaidó en su agenda política de contactos internacionales en Colombia, Bélgica, Suiza, Austria, Grecia, Alemania, Gran Bretaña, Francia, España y Estados Unidos y quizá alguna sorpresa de última hora, nos muestran a un jefe de gobierno luchando con valentía, decoro e inteligencia, para expresarle al mundo, el grito de libertad y democracia que exige el Bravo Pueblo de Venezuela. DAVOS ¡MUY BIEN!