Augurios pesimistas se ciernen sobre el panorama agropecuario de la economía venezolana, cuyo aparato de producción se ha paralizado debido a una agravada crisis financiera. Pese a que faltan dos meses para el inicio del proceso de siembra, el Gobierno no ha importado los correspondientes fertilizantes.
Los productores nacionales dedicados a la agricultura y ganadería asomaron la posibilidad de que Venezuela se quede sin cosechas para este año y el subsiguiente si no reciben el abono requerido para enriquecer el suelo de la tierra y permitir el óptimo crecimiento vegetativo de las plantas, el cual también ha sido obstaculizado por el ciclo de sequías.
“Tememos 34 millones de hectáreas con vocación agropecuaria, lamentablemente cada vez son menos, tenemos prácticamente un res por cada cuatro hectáreas. Tenemos 0% de provisiones, tanto fertilizantes como agroquímicos“, informó el presidente de la Federación de Ganaderos, Carlos Albornoz.
Conforme a Albornoz, la naturaleza crítica de la situación aún no ha sido digerida por la administración del presidente Nicolás Maduro: a pesar de que se necesita mucho abono para cuatro millones de hectáreas, Agropatria ha permitido la importación de una limitada cantidad de fertilizantes, la cual podrá cubrir únicamente el 10% de esa extensión superficial.
“No solamente estaríamos hiptecando lo que resta del año 2018 sino que estaríamos dejando desguarnecida la parte de abastecimientos producidos en Venezuela hasta el tercer trimestre del año 2009“, advirtió Albornoz.

