«En el Delcygate, el único que no tenía que estar allí era mi padre. Mi padre se limitó a cumplir una orden directa por parte del presidente del Gobierno de que fuera al aeropuerto de Barajas. No se hizo nada sin que lo supiera el presidente. Nadie sabía entonces que esta señora (Delcy Rodríguez) no tenía permitida la entrada en la Unión Europea. Estaban todos convencidos de que era otro viaje más. Hasta que se dieron cuenta cuando ya venía para España y saltaron las alarmas. Y mandaron a mi padre a evitar ese puto conflicto. Iba a ser un conflicto internacional tremendo».
Por Esteban Urreiztieta y Juanma Lamet | EL MUNDO
Víctor Ábalos (Valencia, 1980), hijo del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos, relata a EL MUNDO otros episodios que han marcado la trayectoria política y judicial de su padre durante los últimos años. Entre ellos, el viaje fallido de Delcy Rodríguez, en enero de 2020, que desató un conflicto internacional con el Gobierno de Nicolás Maduro al evitar España in extremis la entrada de la vicepresidenta venezolana en nuestro país al aplicar la prohibición comunitaria que pesa sobre ella y otros dirigentes chavistas por haber «menoscabado la democracia y el Estado de Derecho». De tal forma que la jerarca chavista fue inmovilizada en la pista hasta gestionar su salida del país en una noche frenética.
«Tras la orden, mi padre se presentó allí y simplemente siguió órdenes del comisario de Barajas. Subió al avión de Delcy y ella le dijo: ‘¡Quiero hablar con Zapatero!’. Realmente, su aliado era Zapatero, no Aldama. Entonces se lio una… Al final mi padre lo resolvió y a Delcy se le buscó otro vuelo», relata. «Por cierto», añade, «lo de las 40 maletas es una leyenda, la vicepresidenta le vino a decir después que si aparecían las maletas, él se podría quedar la mitad».
«¿Por qué vino Delcy a España?», se pregunta retóricamente el hijo mayor y sombra de Ábalos. «Los intereses eran empresariales. En ese viaje lo que importaba era la agenda apretada que tenía. Venezuela lanzaba a sus embajadores a Europa», prosigue, en un momento en el que Juan Guaidó perdía peso como presidente encargado del país y Ábalos ya negociaba con el hermano de Delcy.
Para Víctor Ábalos, aquella noche fue la que cambió el destino de José Luis Ábalos. De superministro a perder progresivamente el favor de Sánchez, aunque éste le agradeciera primero su intervención. «El Delcygate marcó un antes y un después para mi padre. Se comió un marrón. Cayó en desgracia. En primer lugar, para la prensa, porque el presidente al principio no salió a defenderlo. Y, en segundo lugar, en el Ministerio, porque el equipo de Pepe Blanco aprovechó este episodio para activarse contra él porque mi padre se negaba a recibir a los clientes de la consultora Acento». «Luego mi padre iba a restaurantes en Madrid y los venezolanos con le gritaban, porque lo consideraban chavista». «El Delcygate hizo que la gente recelase de mí también», dice.
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