Las autoridades continúan investigando el accidente para esclarecer el motivo por el que el helicóptero, que había sido alquilado por la familia española para disfrutar de un vuelo turístico por la ciudad de Nueva York, en la que se encontraban desde ese mismo jueves de vacaciones.

En un primer momento, Michael Roth, director ejecutivo de New York Helicopter Tours, la empresa dedicada al servicio en el que ha ocurrido el siniestro, se mostró profundamente afectado por lo sucedido y explicó al medio New York Post que podría tratarse de un fallo mecánico o el impacto de un ave de gran tamaño: “No he visto algo así en los 30 años que llevo en el negocio”.

Sin embargo, en unas declaraciones más recientes al diario británico The Telegraph, el propietario de la empresa de la aeronave apuntó hacia otra posible causa: “El piloto llamó para avisar de que estaba aterrizando y que necesitaba combustible”, a los pocos minutos de iniciar el vuelo. Pese a que el helicóptero debía llegar en unos 3 minutos, tras la tardanza, otros pilotos comenzaron a sobrevolar la zona y a enviar una gran cantidad de mensajes telefónicos a Roth, indicando que habían vislumbrado la aeronave “al revés” en el río Hudson.

“Estamos todos devastados”, se lamentó Michael Roth en declaraciones al citado medio. “Todos los empleados de nuestra empresa están devastados. Mi esposa no ha parado de llorar. La muerte de un niño, de cualquier ser humano, es un desastre monumental”.

 

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