“El docente que sea incapaz de defender sus derechos, no puede ser ejemplo para un niño, porque es un cobarde” fue una frase expresada en 1985 por el actual ministro de Educación, Aristóbulo Iztúriz.

Estas palabras que fueron plasmadas en uno de los carteles de los cientos de maestros que han colmado las últimas semanas las calles del país en demanda por salarios justos; una lucha que hasta los momentos no recibe respuestas, en detrimento de la fuga masiva de educadores hacia otros países de la región.

Sin embargo, Luisa Pernalete, coordinadora del programa Educación para la Paz de Fe y Alegría, destacó la heroicidad de muchos maestros que permanecen en Venezuela, caminan hasta dos horas para llegar a los planteles y piden salarios justos para no marcharse ante la difícil situación.

“El heroísmo de los maestros no puede ser eterno se necesita un Estado que responda (…) no estamos pidiendo privilegios sino pagos justos y pagos a tiempo”,exhortó durante una entrevista a la cadena radial Circuito Éxitos, ante la nueva promesa de las autoridades de cancelar los pagos retrasados este jueves.

Indicó, que la crisis generalizada que atraviesa Venezuela, ha provocado que la mayoría de las escuelas se encuentren vacías, señaló que tanto el personal docente como los estudiantes migran al mismo ritmo, y responsabilizó de ello al Gobierno.

“Hay maestros nuestros que se han ido llorando porque nos dicen ‘es que no me alcanza el salario’ (…) un niño sin educación no hay patria. Las escuelas están vacías porque se conspiran contra las escuelas”, afirmó.

Profesores del sector público se enfrentaron este miércoles con policías y militares al intentar ingresar por la fuerza al Ministerio de Educación, durante una protesta en Caracas por reclamos salariales, reseñó la agencia de AFP.

Un profesor de educación media venezolano gana el sueldo mínimo -unos 1.800 bolívares soberanos o 28 dólares a la tasa oficial-, que apenas alcanza para comprar un kilo de carne y un kilo de queso.

“Nos estamos muriendo de hambre, ya no nos alcanza el sueldo. Aristóbulo, eres un ladrón, debes reconocernos el contrato colectivo. Acabé de cobrar 900 bolívares, compré huevos y unos plátanos y se me acabó el dinero”, dijo a periodistas la sindicalista Lourdes Villarreal.

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