El médico cirujano del Hospital Clínico Universitario, José Alberto Marulanda Bedoya, ha sufrido graves torturas en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), en Boleíta, luego de que fuera detenido el pasado 19 de mayo por estar presuntamente vinculado a un supuesto plan de golpe militar para impedir las elecciones presidenciales que se desarrollaron el 20 de mayo.

Ese día, Marulanda se encontraba en el apartamento de la capitana de navío en situación de retirada, Emmy Mirella Da Costa Vanegas, ubicado en la urbanización “El Solar” de El Hatillo. Maricela Marulanda, hermana del médico, recordó que su hermano estaba vinculado sentimentalmente con la capitán, pero que la relación que tuvieron fue muy corta.

En declaraciones ofrecidas a Caracol, Maricela contó que estando su hermano en la sede de la Dgcim, ha sido víctima de torturas. Señaló que recibió golpes en las manos que lo dejaron sin sensibilidad y que recibió un golpe en uno de sus oídos que lo dejó sin audición. “Son muy crueles”, dijo.

Expresó que al médico le han violado todos sus derechos y que la juez mayor Claudia Carolina Pérez de Mogollón, adscrita al caso, no quiso asentar en el expedientes los casos de tortura que ha denunciado el mismo Marulanda, quien es acusado por traición a la patria y otros delitos más graves de conspiración “con una pena inmensa”.

En junio, Luz Aldazoro Marulanda, sobrina del médico, describió en una entrevista ofrecida a la periodista Sebastiana Barráez que su tío tenía moretones, muñecas marcadas y que se encontraba muy asustado.

“Cuenta que lo pusieron en un cuarto aislado, oscuro, que le preguntaban muchas cosas cada cierto tiempo. Ese grupo salía y entraba otro que no lo interrogaba habló, que él no podía distinguirlos porque usaban pasamontañas, pero que lo torturaban, lo golpeaban, se ponían guantes, lo ponían con las esposas atrás, se le tiraban encima, le agarraban las manos hacia adelante y se las pisaban a la vez que le decían que le iban a dañar las manos ‘para que nunca más vuelvas a operar’. Golpes y golpes, le metían la cabeza en una bolsa”, detalló.

Vinculado con “Aquiles”

“Él dijo la verdad, que cuando él estuvo en Bogotá (Colombia), durante los primeros días de marzo, ella (Da Costa Vanegas) le pidió traerle un teléfono que una persona le iba a enviar. ‘Sí, a mi me entregaron un teléfono nuevo y cerrado, que yo le entregué a ella’. Incluso ella lo buscó en el aeropuerto”, expresó Aldazoro Marulanda.

Resultó que al cirujano le dijeron en el interrogatorio de la Dgcim que él se había reunido con el coronel retirado Oswaldo García Palomo, pero él negó conocerlo. Expresó que al único que vio, apenas unos minutos, fue a “Aquiles”, quien le entregó el teléfono. Barráez comentó que “Aquiles” es uno de los seudónimos que usa García Palomo.

“¿Ah? Fíjate tú. Para que veas la inocencia de Alberto. Él trajo el teléfono como quien trae una medicina o cualquier cosa de esas que la gente manda por la escasez. Y ahora lo acusan de traer ‘dispositivos de comunicación’”, manifestó.

Entrevista publicada originalmente por Punto de Corte.

 

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