La caída en la producción petrolera de Venezuela se adelanta, muy rápidamente, a cualquier estrategia de presiones económicas al régimen de Nicolás Maduro por parte de la Administración de Donald Trump. Hay un autoembargo petrolero no intencionado en marcha, como consecuencia del nivel de deterioro de la industria petrolera venezolana que la actual hiperinflación está acelerando. Así lo reseña alnavio.com

Tal como lo veníamos advirtiendo en ALnavío, el régimen de Nicolás Maduro, por medio de sus acciones, le ha impuesto un embargo petrolero a Venezuela. Un autoembargo no intencionado.

Es como si la Cuba de 1960 hubiera decidido por voluntad propia recortar drásticamente las exportaciones de azúcar a Estados Unidos antes que este le suspendiera la compra de la principal fuente de divisas. O que el Irak de Saddam Hussein hubiese procedido de la misma manera con las exportaciones de petróleo en los años 90 adelantándose a las sanciones de las Naciones Unidas (ONU).

Pues esto es lo que está aconteciendo en Venezuela. Este sí es un hecho inédito en la historia de las relaciones económicas mundiales.

Cuando Hugo Chávez llegó al poder Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) era la quinta empresa petrolera del mundo, tomando en cuenta gerencia, reservas, tecnología, investigación, talento, flota de tanqueros, activos en el exterior, refinerías, ingresos, costos de producción y mercados globales.

Chávez y su sucesor hicieron todo lo posible por destruir la principal y casi única fuente de ingresos del país. Todas las decisiones parecieron dirigidas a llevar a la inanición a la gallina de los huevos de oro de Venezuela.

VÍA LA PATILLA.

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