Sonreía con orgullo. Minutos antes había recibido de parte del Secretario General de la Organización Mundial de Turismo, Zurab Pololikashvili, la certificación UNWTO Quest en reconocimiento a la calidad y las buenas prácticas a Punta del Este Convention Bureau. Era la primera vez que el organismo de las Naciones Unidas abocado a la promoción del turismo responsable entregaba este galardón a una organización de gestión turística. Enrique Antía, intendente de Maldonado, estaba feliz. Concluida la ceremonia de distinción, la ronda de periodistas, amistades y protocolo había durado más de una hora. Después, ya a solas con Infobae, pidió un vaso de agua y se dispuso a hablar de todo.

Antía es el intendente del tercer departamento más poblado de Uruguay con 160 mil habitantes. Ejerce el cargo desde 2015 por segunda vez -lo hizo también entre 2000 y 2005-, y puede presentarse para ser reelecto. Pero sus aspiraciones parecen ser otras.

El domingo 30 de junio competirá por las elecciones internas del Partido Nacional. El ganador será el candidato a presidente por la oposición al Frente Amplio, un bloque político que gobierna Uruguay desde 2005 y es actualmente conducido por el máximo mandatario Tabaré Vázquez. Antía se enfrentará en las internas a Luis Lacalle Pou, hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle, y Jorge Larrañaga, sus principales oponentes dentro del mismo espectro político.

El Intendente de Maldonado promete traspolar los éxitos de su gestión municipal al cuadro nacional. El año pasado le dijo a Infobae: “Mi obligación está en Uruguay y lo que hicimos en Maldonado podemos llevarlo a cabo en todo el país”. Hoy, a seis meses de los comicios internos, respondió primero con cautela y luego con severidad cuando se le preguntó si se imagina como presidente: “Hay que pasar la interna primero. Yo soy muy cuidadoso con esas cosas. Después de la interna hablamos. Pero si pasamos la interna, ganamos la elección nacional. De eso no tengas dudas. Porque ya lo hicimos acá, porque en Maldonado ya le ganamos al Frente Amplio, sabemos cómo hacerlo”.

Confesó que se nunca se imaginó ejerciendo un cargo público. Que fue ingeniero agrónomo, productor rural y asesor de productores mucho antes de convertirse en intendente, diputado, senador, director de organismos públicos y nuevamente intendente. “Son espacios de servicio que tomo con naturalidad”, dijo. Hace veinte años que pasó a servicios gubernamentales.

Y ahora en su horizonte está frente a su máximo desafío. “Me nominaron para la presidencia de la República en una interna que es bien difícil. Nosotros ocupamos un lugar de representación en nombre de un grupo de intendentes y alcaldes del interior de mi país que quieren pegar un grito de rebeldía en la interna partidaria para representar a aquellos a los que nunca nos dieron pelota, a la gente del interior”, analizó.

Fue el 27 de agosto cuando lo nominaron a candidato presidencial por el grupo de intendentes Mejor País, en la interna del Partido Nacional. “Tengo el honor y la emoción de proponer a un viejo amigo, a Enrique Antía. Así que Coqui, atrás tuyo vamos”, anunció el intendente de Tacuarembó, Eber Da Rosa. “Atrás tuyo no, al costado y todos juntos”, le respondió Antía.

En Venezuela no hay democracia. Hay una tiranía. Lo que me da lástima es que mi país no haya reconocido eso internacionalmente. Es una vergüenza
“Tenemos un equipo sólido. Nuestro grupo es un grupo de gobernantes. Todos estamos gobernando, los intendentes y los alcaldes. Gobernar nos enseñó muchas cosas. No es discurso lo nuestro, estamos tomando decisiones todos los días en cercanía con la gente. Ocupar un cargo ejecutivo en el interior te obliga a estar cerca de los problemas y las dificultades de las personas. Y eso te nutre”.

Antía gobierna un distrito con más de 100 kilómetros de costa, con decenas de balnearios con condiciones y prioridades distintas. “Cada playa tiene que tener bajada, estacionamiento, dunas costeros, caminería, iluminación, una serie de elementos que deben funcionar bien. Eso requiere un equipo de trabajo eficiente y un gran esfuerzo en materia de higiene y limpieza que nos obliga a ir al detalle”.

El 18 de marzo del año pasado un temporal azotó Maldonado. La inversión en concepto de compras y contrataciones a terceros fue de 5 millones de dólares, pero el desembolso total se estima en casi 9 por la vocación de voluntarios, direcciones de obras y funcionarios públicos que no son actos contables. El intendente lo revive con la nostalgia de un proceso que comprobó la templanza, la gestión y la capacidad de superación de una ciudadanía: “Los daños que se hicieron fueron tan grandes que tardamos casi un año en arreglar toda la costa. Fue una tormenta especial con marea alta y muchas horas de vientos fuertes. El mar fue tremendo: se llevó las bajadas a las playas de toda la costa. En Piriápolis, el agua pasó por arriba de veredas y muros de contención. Hubo paradores en Punta del Este donde el mar se llevó el estacionamiento con sus muros. Hubo lugares como en la Barra, en la desembocadura del arroyo Maldonado, donde los médanos que estaban cercanos a la costa desaparecieron. Pero no solo golpeó en las playas, se llevó estructuras de escuelas, liceos y más de 300 techos de casas de familia. Parecía un caos, pero pudimos presentar el departamento en excelentes condiciones”.

Uruguay se ha ido aislando, se ató a un bloque ideológico que viene perdiendo peso en la región. Equivocó el camino
La certificación de la Organización Mundial del Turismo es también un reconocimiento a esa resiliencia. La comunión entre los estratos públicos y privados, en compañía del compromiso de la comunidad, es un valor agregado del que presume Punta del Este. “Somos un lugar de excepción, un destino especial, un lugar de calidad”, definió Antía. Expuso, como argumento, una cualidad invisible: no hizo alardes de la naturaleza paradisíaca o de la arquitectura sofisticada, habló de la calidez. “Un destino turístico sin calidad humana no existe, por más belleza que tenga. Nosotros hacemos mucho hincapié en formar, capacitar, comprometer a nuestra gente para que entienda que está brindando un servicio de calidad, que sea proactivo hacia el turismo, dedicado, que haga sentir al que viaja, viene o pasa que es un actor principal”.

Estamos transformándonos en exportadores de carne humana, porque estamos sacando uruguayos del país. La aspiración mayor es tratar de crear un país que retenga a sus hijos
Ese componente afable es un sello distintivo del lugar. La predisposición, la cordialidad supera la sobreactuación comercial de cada destino turístico. Antía lo clasifica y lo mezcla: “Eso se trabaja y se inculca. Lo aprendimos de nuestro mayores. Forma parte innata de una actitud nuestra. Es un orgullo para nosotros cuando un turista repite, cuando te recuerda anécdotas viejas. Es una manera de ser de nuestro pueblo que debemos potenciar. La gente se siente como en casa, a ver si me entendés. Se siente cómoda, descontracturada, sin protocolos”.

Punta del Este -Maldonado en sí- puede ser su resorte al escenario nacional. En su análisis, realizó severas críticas al gobierno actual: “Uruguay se ha ido aislando, se ató a un bloque ideológico que viene perdiendo peso en la región. Equivocó el camino. Un país pequeño tiene que ser un país que se conecte, negocie y abra las puertas a todo el mundo. Nos hemos quedado prisionero de un Mercosur que está perimido”.

Tenemos que volver a unir a la gente. Venimos de tres períodos de gobierno de quienes apostaron a la polarización de los buenos y los malos, los de izquierda y los de derecha. Lo único que hace es hacer pelear a las familias
La pregunta había sido qué cosas deberían cambiar en Uruguay. La respuesta es extensa porque extensa es su propuesta: “El primer gran desafío es reinsertarnos a nivel internacional. Por culpa de gobiernos que se afiliaron a ideologías, se ha perdido identidad en ese sentido. Por otro lado, perdemos empleo, todos los años. Estamos transformándonos en exportadores de carne humana, porque estamos sacando uruguayos del país. La aspiración mayor es tratar de crear un país que retenga a sus hijos”.

El político continuó: “También hemos perdido pie en la formación y educación de nuestra gente. Antes éramos punta y ahora somos cola. Estamos peleando el descenso en materia educativa. Esas son cosas que nos desafían. Somos un país caro que afecta la comercialización con el mundo. Ahí tenemos que organizarnos para ordenar un Estado que no da respuestas. Son muchas puntas que hay que encarar. Tenemos que volver a unir a la gente. Venimos de tres períodos de gobierno de quienes apostaron a la polarización de los buenos y los malos, los de izquierda y los de derecha, los progresistas y los conservadores. Lo único que consigue es pelear a las familias. Tenemos que cambiar ese criterio y generar un país de encuentro”.

Su pronóstico es conciso. Aseguró que el Frente Amplio no volverá a ganar porque la gente está harta. Signó su culpa al populismo. “El planteo económico e internacional del populismo ha sido un fracaso. Ha ido en contra del progreso. No ha mejorado la calidad de vida de la gente que vive en países populistas o que se dicen de izquierda populista. No han entendido cómo funciona el mundo. Porque para apostar a la igualdad, para que la gente tenga las mismas oportunidades hay que educar, hay que formar. Pero primero hay que generar riqueza para poder repartirla. Estos países populistas creyeron que la riqueza ya estaba generada”, apuntó.

La gran macana en Uruguay con la marihuana es que el ex presidente Pepe Mujica la popularizó y le dijo a los jóvenes que no hacía mal
Tomó de modelo el caso Venezuela: “Uno de los países más ricos en reserva de petróleo del mundo, y sin embargo mirá el hambre y la miseria que hay. Repartieron lo que no tenían, no supieron invertir en su pueblo. Ese ejemplo que por muchos fue tomado y por otros copiado, ha fracasado. Lo que hay que volver a inculcar es el esfuerzo compartido, que nadie te pueda regalar las cosas, que para compartir la riqueza primero hay que trabajar, producir y generarla”.

-¿Hay democracia en Venezuela?

-No. En Venezuela no hay democracia. Hay una tiranía. Lo que me da lástima es que mi país no haya reconocido eso internacionalmente. Es una vergüenza. Ahí tenemos que cambiar la pisada.

-¿Qué haría con el Mercosur?

-¿Con el Mercosur? ¿Qué Mercosur? ¿El de las chapas de los autos? Lo único que hay son matrículas, el resto no tiene ningún valor. Si hay cerramiento de fronteras, no hay comercio libre, hay empobrecimiento de la gente en toda la región. No generó progreso el Mercosur. No supo compartimentar espacios de producción en serio: materias primas de un lado, empresarios de otro; capital de un lado, materias primas de otro. No han podido integrarse, cada uno se ha encerrado en su proteccionismo. El mundo corre por otro andarivel y nosotros nos hemos quedado afuera. Este Mercosur ha sido un fracaso. La demostración es el resultado de nuestras economías. Hay que cambiarlo, hay que patear el tablero. Así no. Mira: para hablar de Mercosur pone a Chile como ejemplo. ¿Chile qué hizo? Unos pícaros bárbaros los chilenos. Unos capos. ¿Qué hicieron? El Mercosur es bárbaro para conversar, comer un asado y jugar un truco, pero dejame afuera y yo comercio con todo el mundo.

-Le digo tres conceptos y usted los desarrolla. Primero: inseguridad.

-La inseguridad es un problema que tenemos en la región vinculado mucho a la droga. Se puede y hay que luchar contra eso. En Maldonado estamos peleando con éxitos pero en mi país requiere un cambio profundo a nivel de organización del Ministerio del Interior, de la policía y de las leyes. Precisamos más respaldo y darle más autoridad a la policía. Con eso, más un poco de voluntad y compromiso de quienes tengan cargos de responsabilidad, se puede lograr un cambio drástico en materia de seguridad. En mi país ha ido creciendo la inseguridad: hubo falta de control, hubo pérdida de autoridad policial, hubo permeabilidad en las fronteras.

-Marihuana.

-En el mundo hay gente que habla de una marihuana curativa. En eso estoy en desacuerdo. La gran macana acá es que el ex presidente Pepe Mujica la popularizó y le dijo a los jóvenes que no hacía mal. Generó un mensaje equivocado, donde además puso al Estado vendiendo marihuana: una vergüenza. Es como si el Estado fuera productor de papas, como si nos pusiéramos a plantar maíz y a venderlo. Es ineficiente el Estado, no controló nada y dio un mensaje equivocado sin advertir los daños que puede causar. Todos sabemos como padres el riesgo que corren nuestros hijos. No queremos crear hijos fumadores de marihuana.

-Aborto legal.

-No estoy a favor del aborto, de ninguna manera. Estoy a favor de una política educativa y preventiva, y capacitadora para poder prevenirlo. Pero estimado el tema en función de lo que pasa en la sociedad, es algo que el pueblo uruguayo ya votó, ya hizo un plebiscito. Nosotros esas cosas las respetamos.

-Y una última: Mauricio Macri.

-No me gusta opinar sobre la política de otros países, me parece incorrecto. Respeto la independencia política de los países y me parece que sería una falta de respeto hacia los argentinos que yo me pusiera a opinar sobre las vicisitudes internas de un gobierno hermano. Lo único que puedo decir es que cuando asumió, nuestros países que estaban separados y con intentos forzados de distanciarnos, y se abrieron las ventanas y puertas para volver a tener la misma relación que tuvimos siempre. Ese es el lado que le reconozco como positivo.

 

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