Un estudio de la Brookings Institution afirma que, si los precios del petróleo se desploman, la emigración superaría en dos años con creces los 8 millones

Hace siete días un cartón de huevos costaba 1.200 bolívares soberanos (1,6 euros), hoy está a 1.800 bolívares (2,1 euros). El euro en el mercado negro se cotizaba a 731 bolívares, una semana después subió a 828. Y las medicinas -el desabastecimiento es casi del 90%- siguen sin aparecer en los estantes de las farmacias. Estos dos factores, la escasez de alimentos y medicamentos, son el cóctel explosivo que ha impulsado la emigración forzosa de venezolanos hacia el exterior en un intento de superar la crisis económica que azota a sus hogares.

En la actualidad, se contabilizan hasta 3.300.000 venezolanos que han buscado refugio en 16 países de Sudamérica y el Caribe, de los cuales 460.000 son niños y adolescentes. Esta dramática cifra destaca en el último informe que presentó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Un informe que, además, vaticinan para 2019 el número total de venezolanos exiliados en la región puede llegar a los 5,3 millones. De ser así, la tragedia venezolana superaría la crisis de los refugiados sirios, que durante seis años de guerra civil ha dejado un saldo de 6,3 millones de desplazados.

La cifra de 5,3 millones es, relativamente, menos alarmante a la presentada por la Brookings Institution, un centro de investigación sin fines de lucro ubicado en Washington. En el análisis realizado por los economistas Dany Bahar y Douglas Barrios plantea que el éxodo de venezolanos podría acentuarse dramáticamente y elevarse hasta al menos 8,2 millones -incluyendo a los 3 millones que ya están fuera del país- de emigrantes y refugiados venezolanos repartidos por el mundo.

Inflación millonaria

De cumplirse los pronósticos de la Brookings Institution, la nación sudamericana que tiene una población de 32 millones se «vaciaría» perdiendo al menos un 25,8% de sus habitantes en uno o dos años. Una tragedia creada por el régimen de Nicolás Maduro quien no han podido frenar la galopante hiperinflación, que según la Asamblea Nacional opositora superará con facilidad los 2.000.000% al cierre del año, una previsión que ahora lo ha elevado hasta los 2.500.000 el Fondo Monetario Internacional (FMI). Tampoco ha podido abastecer de comida y medicinas a sus ciudadanos por una supuesta «guerra económica» de la que responsabiliza a EE.UU.

«La cifra es imperfecta, pero si nos equivocamos es hacia el lado conservador», dice Dany Bahar a ABC al mismo tiempo que asegura que su modelo toma en cuenta los fundamentales de la economía venezolana pero que hay muchos otros factores que afectan el desplazamiento de las personas como es el tema político o social.

Entre las conclusiones a las que llega Bahar llama la atención que el Gobierno de Venezuela no tiene el dinero para importar suficiente comida y cubrir las necesidades calóricas de los venezolanos. «Aún cuando Maduro utilice todo el dinero que entra por la exportación de petróleo y las remesas internacionales, ocho millones de venezolanos no podrán satisfacer sus necesidades alimenticias y eventualmente se verán obligadas a emigrar», señala.

En el análisis se refleja un escenario que con las condiciones actuales: 1,17 millones de barriles producidos por día, el precio promedio del barril de petróleo en 54 dólares y las remesas en 2.400 millones de dólares por año, la proyección de migrantes se estima en 8,2 millones de venezolanos. Sin embargo, «si la producción de petróleo sigue derrumbándose o el precio del barril baja, podríamos esperar un número de 10 millones», sostiene Bahar.

La semana pasada más de 150 países aprobaron el Pacto Mundial para la Migración de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de hacer de este fenómeno un asunto más seguro, ordenado y regular: una responsabilidad compartida. La crisis en Venezuela es un drama que comparte toda la región quienes están siendo afectados extraordinariamente por el colapso de su infraestructura y los servicios hospitalarios y educativos que no dan abasto para atender a más gente.

Plan regional

Colombia ha sido el país más afectado por el flujo masivo de venezolanos por la frontera, con más de un millón de personas viviendo en su territorio, seguidos por un millón más en Perú, los más de 500.000 en Ecuador y los casi 200.000 en Chile. El ritmo promedio de salidas a lo largo de este año ha sido de 5.500 personas al día, sin tomar en cuenta a los que han cruzado de forma irregular alguna frontera.

Por la alarmante situación, la ONU presentó la semana pasada un plan regional de ayuda a los migrantes que involucra a 95 organizaciones en los diferentes países y requiere de una financiación de 738 millones de dólares para 2019. Con ese dinero pretende brindar atención a 2,7 millones de personas y destinará los recursos acorde con la cantidad de venezolanos que acogen cada país.

A esto se le suma la asignación otorgada por la ONU al Gobierno de Maduro por 9,2 millones de dólares para el fondo de emergencia, del que la oposición teme se pierda en la corrupción característica del régimen.

Los expertos coinciden en que la crisis venezolana de migrantes y refugiados empeorará a menos de que haya un cambio político en el país. La comunidad internacional debe volcar su atención a Venezuela, pues el próximo 10 de enero Nicolás Maduro asumirá el cargo por un nuevo período de seis años que puede provocar una verdadera hecatombe en la región.

ABC de España.

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