En abril de 2008, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez envió a funcionarios del Ministerio de Justicia a visitar a sus homólogos en el centro de tecnología chino de Shenzhen. El objetivo era conocer cómo funcionaba el programa nacional de documentos de identidad de China, según dijo un miembro de la delegación.

Pero una vez en Shenzhen, los funcionarios venezolanos se dieron cuenta de que una tarjeta podía hacer mucho más que solo identificar al dueño del documento. En la sede del gigante chino de telecomunicaciones ZTE Corp, la delegación aprendió cómo China, mediante el uso de tarjetas inteligentes, estaba desarrollando un sistema que ayudaría a Pekín a seguir el comportamiento social, político y económico.

“Lo que vimos en China cambió todo”, dijo a Reuters el asesor técnico Anthony Daquin, miembro de aquella delegación venezolana. Su asombro inicial, dijo, se volvió gradualmente en temor de que un sistema así pudiera llevar a cometer abusos contra la privacidad de las personas en Venezuela.

“Ellos buscaban tener el control de los ciudadanos”, agregó. Al año siguiente, cuando Daquin confesó sus preocupaciones al Gobierno nacional, fue detenido y extorsionado por agentes de inteligencia, según declaró a la agencia de noticias. Le rompieron varios dientes al golpearlo con una pistola y lo acusaron de “traidor”, aseguró.

El proyecto languideció, pero casi 10 años después de aquel viaje a Shenzhen, Venezuela lanzó una nueva de identificación inteligente conocida como “carnet de la patria”, que envía datos de sus titulares a servidores de computadoras. El plástico está cada vez más vinculado a la entrega de alimentos subsidiados, salud y otros programas sociales del gobierno, de los que depende la mayoría de los venezolanos para sobrevivir.

Y la empresa ZTE, cuyo papel en el proyecto lo detalla por primera vez Reuters, está en el corazón del programa. Como parte de un esfuerzo oficial de 70 millones de dólares para reforzar la “seguridad nacional”, Venezuela contrató a ZTE en 2017 para armar una base de datos con los carnets y crear un sistema de pago móvil para usar con la tarjeta, según contratos revisados por la agencia

Un equipo de empleados de ZTE ahora funciona dentro de una unidad especial de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), que administra la base de datos, según dijeron cuatro empleados actuales y anteriores de la empresa estatal.

“Es un chantaje”, dijo Héctor Navarro, uno de los fundadores del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y exministro de Chávez, sobre el programa del carnet de la patria. “Los venezolanos que tienen el carnet de la patria tienen más derechos que los que no lo tienen”, agregó.

En una entrevista telefónica, Su Qingfeng, el jefe de la unidad de Venezuela de ZTE, confirmó que la empresa vendió a Caracas los servidores para la base de datos y que está desarrollando la aplicación de pago móvil. La compañía, dijo Su, no violó las leyes chinas o locales y no tiene ningún papel en la forma en que Venezuela recopila o utiliza los datos de los titulares de tarjetas.

“No apoyamos al Gobierno (…) Solo estamos desarrollando nuestro mercado”, dijo. La tarjeta también muestra cómo China, a través de empresas vinculadas con el estado como ZTE, exporta conocimientos tecnológicos que pueden ayudar a los gobiernos de ideas afines a rastrear, recompensar y castigar a los ciudadanos.

La base de datos, según empleados del sistema de tarjetas y capturas de pantalla de datos de usuarios revisados ​​por Reuters, almacena detalles como cumpleaños, información familiar, empleo e ingresos, inmuebles propios, historial médico, beneficios estatales recibidos, presencia en las redes sociales, membresía de un partido político y si una persona votó.

La divulgación por parte del gobierno de la participación de ZTE se ha limitado hasta ahora a una referencia pasajera en un comunicado de prensa de febrero de 2017 que le da crédito a la compañía por ayudar a “fortalecer” la base de datos. Nadia Pérez, portavoz de Cantv, declinó hacer comentarios y Manuel Fernández, el presidente de la compañía, no respondió a correos electrónicos ni a mensajes de texto de Reuters.

Legisladores estadounidenses y otros críticos del gobierno de Maduro están preocupados por el papel de ZTE en Venezuela. “China está en el negocio de exportar su autoritarismo”, dijo a Reuters el senador estadounidense Marco Rubio, en un correo electrónico.

“La creciente dependencia del régimen de Maduro en ZTE en Venezuela es solo el último ejemplo de la amenaza que las empresas chinas dirigidas por el Estado representan para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, agregó.

Para entender cómo funciona el carnet de la patria y cómo nació, Reuters revisó contratos confidenciales y documentos internos del gobierno relacionados con su desarrollo. También entrevistó a docenas de empleados actuales y anteriores de ZTE, del gobierno venezolano y de Cantv.

 

 

 

 

Loading...